El diputado del PSOE Eduardo Madina ha afirmado que solo valorará presentar su candidatura a secretario general del PSOE en el congreso extraordinario de julio «si la elección se hace por voto directo» de los militantes.
«Creo que comprendo muy bien cuál es el estado de ánimo que tienen en este momento los militantes del PSOE y por eso quiero anunciarles que sólo valoraré las decisión de presentar mi candidatura a la secretaria general si la elección de secretario general se hace por voto directo», ha dicho.
Madina ha hecho este anuncio en los pasillos del Congreso español, donde ha defendido que su formación necesita un congreso federal con «altura de miras» y que «comprenda bien lo que está sucediendo».
Además ha subrayado que la celebración de ese congreso debería abocar después a las primarias abiertas para elegir al candidato a la presidencia del Gobierno español y ha recordado que ya lleva tiempo defendiendo la necesidad de que el PSOE «viera en la participación una manera de construir su propio futuro».
Por eso Madina apuesta por un congreso que «vincule la participación del conjunto de militantes y sus propias decisiones, que demuestre que ha comprendido el mensaje que los ciudadanos nos mandaron el domingo pasado y que elabore un proyecto en sus ponencias y resoluciones que le sirva a este país para salir adelante».
A su juicio, un congreso que «comprenda la participación y la propuesta a la sociedad» hará que el PSOE «crezca desde ese congreso hasta un proceso posterior de primarias y a una victoria electoral en las generales».
Jáuregui responde que solo votarán los delegados
Por su parte, el exministro y eurodiputado electo del PSOE Ramón Jáuregui ha asegurado que al próximo secretario general del PSOE lo elegirán en el congreso de julio un millar de delegados, no todos los militantes del partido como reclama Eduardo Madina.
«Nuestros estatutos no contemplan que voten los 250.000 militantes ante el congreso, no está previsto así y no se va a hacer así», ha zanjado en una entrevista en RTVE.
Jáuregui ha defendido que la elección del secretario general por delegados elegidos a su vez por los militantes es «plenamente democrática» y ha negado que ese mecanismo derive en un control por parte del aparato.