En un comunicado, la Secretaría General para la Paz y la Convivencia ha respondido a la declaración de la Comisión Internacional de Verificación argumentando que ETA se ha instalado en el «no desarme» y opina que «esto no es aceptable» porque «tiene un alto coste social y político que ha de pagar la sociedad vasca en forma de injusta hipoteca».
Por ello, ha propuesto a ETA un modelo de desarme basado en cinco pasos, que arrancaría con una aceptación por parte de ETA de materializar el desarme ante la sociedad vasca mediante «los buenos oficio» de un comité compuesto por agentes sociales internacionales e institucionales.
El siguiente paso conllevaría la obligación de que ETA estructurara en un plazo de tiempo comunicado el depósito de todas sus armas y explosivos y en un número de almacenamientos localizables y seguros para la población.
Respaldo del PNV y rechazo del PSE
El PNV ha aplaudido la propuesta porque trata de superar el «estancamiento actual» del proceso. Asimismo, ha reclamado a ETA «pasos más decididos, inequívocos y verificables que los dados hasta la fecha».
Por su parte, el PSE ha considerado que la propuesta de Lakua «carece de sentido» y le ha acusado de «arrogarse un protagonismo innecesario.
Fuentes del PSE han señalado a Europa Press, que, en esta cuestión, lo «razonable de cara a un desarme sería que ETA manifestara su decisión ante el Gobierno español, pese a que lo fundamental es que muestre su «voluntad». En su opinión, ETA tiene que disolverse «sin más preámbulos».