La movilización ha comenzado sobre las 17.50, unos veinte minutos más tarde de los previsto. Y es que no es fácil coordinar a las miles de personas que se han dado cita en Bilbo y que marchaban en dos columnas, una con salida desde el Ayuntamiento y otra desde La Casilla, para confluir en la plaza Zabalburu.
Familiares de presos y la furgonetas Mirentxin, que cada fin de semana llevan a numerosos allegados hasta las cárceles, han sido quienes han abierto una manifestación sin pancartas y silenciosa, si bien no han faltado los aplausos y los ánimos al paso de los familiares. El puente del Ayuntamiento ha ejercido de embudo que ha ralentizado la salida de quienes aguardaban en el Arenal.
Poco a poco, las dos columnas avanzaban por la calle Autonomía y por Hurtado de Amezaga, respectivamente. Las cabeceras han tardado una media hora en llegar a su destino, mientras que todavía miles de personas no habían podido siquiera moverse de los puntos de salida.
En la Plaza Zabalburu se había instalado un estrado para celebrar el acto final, que ha comenzado pasadas las 18.30. Los primeros en tomar el micrófono han sido los bertsolaris Maialen Lujanbio, Igor Elortza y Amets Arzallus. Posteriormente, Rafa Rueda y Agus Barandiaran han interpretado la canción ‘Zenbat’.
Saroi Jauregi y Fermin Muguruza han tomado la palabra antes de que llegara el momento de encender las señales luminosas que han iluminado la noche bilbaina para demandar que se respeten de una vez los derechos de los prisioneros vascos. Además, con las luces de los móviles se ha creado las palabras NOW y EUSKAL HERRIRA.
Joseba Azkarraga, portavoz de Sare, ha mostrado su esperanza en que esta manifestación «sea la última contra la dispersión» y ha destacado que han sido «miles y miles de ciudadanos que se movilizan por una causa justa, ciudadanos de ideologías diversas que tienen o no adscripciones partidistas, pero que todos tienen un denominador común, gritar en silencio que es el momento de acabar con la vulneración de derechos».
Políticos y sindicalistas
En la manifestación se han visto rostros conocidos, entre otros de las diferentes formaciones políticas que conforman EH Bildu, el del portavoz de ERC en el Congreso de Madrid, Joan Tardà, junto al diputado de Amaiur Jon Iñarritu; o representantes de sindicatos como ELA, LAB y CCOO.
El presidente de Sortu, Hasier Arraiz, se ha mostrado convencido de que se logrará el final de la dispersión «por encima de los muros que impongan los Gobiernos español y francés», y ha enviado «un cálido abrazo a todos los familiares, amigos y personas allegadas» de los presos.
Joan Tardà ha señalado que «cuando el derecho civil se abre camino, cuando la sociedad vasca está haciendo un gran esfuerzo en pro de la reconciliación, es indignante que el Gobierno español mantenga una política penitenciaria basada en la venganza».
El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, ha indicado que la movilización social es «imprescindible» para acabar con «el esperpento» de la dispersión. «Y se mantiene porque el Estado no sólo quiere cerrar los derechos de los presos, sino también más agendas políticas, quiere condicionar la agenda política de Euskal Herria», ha asegurado.
«El Estado ha usado en momentos diferentes los instrumentos que ha tenido y ahora está utilizando la hostilidad y una interpretación cerril de la política penitenciaria para obstaculizar los derechos de los presos y la agenda política vasca», ha añadido.
La secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, ha afirmado por su parte que Madrid «no es excusa» para que partidos e instituciones vascas den «pasos más valientes y efectivos» destinados cambiar la política penitenciaria, apoyados por la ciudadanía.
«El pueblo está cumpliendo con su papel y ha salido a la calle a mostrar su solidaridad, su compromiso y su apoyo, pero sobre todo, para demostrar que va a estar en la calle y va a estar con toda institución y partidos que quieran asumir iniciativas para cambiar la política penitenciaria», ha subrayado.
El representante de la Ejecutiva de CCOO-Euskadi Alfonso Ríos ha reclamado el fin de la dispersión de los presos porque «es una vulneracion clara de los derechos humanos» y supone «obligar a los presos a una doble condena, a ellos y sus familiares».