Los familiares de Ibon Iparragirre han denunciado la actitud del juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, que todavía no ha resuelto el recurso de reforma interpuesto por la letrada del represaliado en octubre de 2014.
«Siete meses después no ha respondido a este recurso, y hasta que no lo haga no se puede presentar un recurso de apelación», ha destacado el hermano del represaliado, Gotzon Iparragirre, ante los parlamentarios presentes en la Comisión de Derechos Humanos, Igualdad y Solicitudes Ciudadanas de la Cámara de Gasteiz, donde ha explicado la situación del vizcaino, que continúa en prisión pese a padecer sida en fase C.
En este sentido, ha señalado que, según el último análisis al que han tenido acceso, sus defensas han pasado de 450 a 137. Una dato alarmante, teniendo en cuenta que cualquier persona sana tiene entre 1.500 y 2.000 defensas. Al menos ahora han logrado que Ibon tenga acceso a un tratamiento naturista, ya que no tolera los efectos secundarios de los tratamientos antirretrovirales.
«No toma antirretrovirales porque le hacen daño. Él es muy consciente de su enfermedad, y no queremos que nadie piense que quiere lesionarse o que sea un inconsciente», ha afirmado tras explicar los problemas neuronales que padece el preso, que tiene afectado el nervio óptico, por lo que apenas ve.
«Cuando estaba en el Módulo 5, los presos sociales se valían de esta situación para insultarle, agredirle, amenazarle y robarle. E incluso estuvo quince días sin ducharse por si le robaban», ha subrayado Gotzon, que cree que muchos de estos robos eran «por fastidiar». Solo así se entiende que le quitarán la dentadura postiza o el cable de la televisión. También ha criticado la soledad en la que se encuentra su hermano, aislado del resto de presos vascos. Ante esta situación, los familiares han reclamado su regreso a Ondarroa en virtud del articulo 100.2 de Reglamento Penitenciario.