A rey muerto, rey puesto. El fútbol ha vuelto a dictar su ley y la falta de resultados positivos se ha llevado por delante a David Moyes. Su lugar lo ocupa Eusebio Sacristán, lo que supone un cambio de perfil en el banquillo.
Tras la apuesta por el novato Arrasate, Moyes llegó a Donostia con el aval de sus muchas temporadas en los banquillos de la Premier, alabado en el Everton y denostado en el Manchester United.
Con la llegada de Eusebio, la Real apuesta por un conocedor de la Liga española, sin experiencia en los banquillos de Primera como técnico principal –fue ayudante de Frank Rijkaard en el Barcelona–, y que ha trabajado con la cantera tanto en su etapa en el Celta –el club vigués militaba en Segunda– como en el Barcelona B.
Como jugador, Eusebio disputó 543 partidos en Primera –Valladolid, Atlético de Madrid, Barcelona y Celta– y es el tercer jugador que más partidos oficiales, tan sólo por detrás de Zubizarreta y Raúl.
Eusebio firma por lo que resta de temporada y una más, hasta junio de 2017. Será presentado este martes a las 12.30 en Anoeta y a partir de las 16.00 dirigirá su primera sesión. Tiene dos semanas para preparar el duelo frente al Sevilla, ya que este fin de semana no hay jornada.
Su estreno será este viernes en Lisboa, ya que la Real viajará a la capital portuguesa para disputar un amistoso contra el Os Belenenses que dirige el exrealista Ricardo Sa Pinto. El choque empezará a las 20.00, hora de Euskal Herria.
«Un orgullo y un honor»
En sus primeras declaraciones como entrenador txuriurdin, recogidas en la página web de la Real Sociedad, Eusebio ha indicado que «supone un orgullo y un honor poder entrenar a este equipo y en este club», y que si bien se halla en una «dinámica negativa» tiene condiciones para «poder llegar muy lejos».
Eusebio ha rememorado sus recuerdos de la Real Sociedad, comenzado con el equipo que ganó dos ligas y cuya alineación se sabía «de memoria» como «todos los chavales» de su edad. También ha evocado sus partidos en Atotxa, y la «una unión estrecha entre la afición y el equipo» en el viejo campo.
Su última visita a Donostia fue en junio de 2010. Era el último partido de Liga en Segunda División y Eusebio dirigía al Celta, rival de la Real en una jornada histórica para los blanquiazules, que con la victoria certificaron el retorno a Primera. «Me encontré con una ciudad volcada con el equipo, con los balcones con banderas, una marea blanquiazul».