Después de casi nueve meses de intensos contactos con Londres y Dublín, las formaciones del norte de Irlanda han dado su visto bueno a las propuestas presentadas en un documento titulado ‘Nueva Década, Nuevo Enfoque’.
Ese texto aporta soluciones en «cinco áreas clave» de la gobernabilidad de la región, las cuales ayudarán a limar las diferencias que mantienen el Partido Democrático Unionista (DUP) y al Sinn Féin, principales representantes.
Los republicanos han anunciado que volverán a formar parte del gobierno, poniendo fin a una crisis que se ha extendido tres años. La presidenta del partido, Mary Lou McDonald, ha confirmado que la formación ha aceptado el acuerdo. «Creo que el compartir el poder puede funcionar, pero ello requiere que todo el mundo dé un paso al frente», ha dicho, antes de abogar por «un Ejecutivo inclusivo». Ayer, la líder del DUP, Arlene Foster, destacó que el acuerdo contiene «elementos» que son «producto de largas negociaciones y que representan el resultado de compromisos».
El asunto más delicado en estas conversaciones, resuelto con éxito, ha sido el de la lengua gaélica. Los republicanos querían que se redactase una ley específica para proteger el idioma local mientras los unionistas preferían incluir este asunto en una legislación cultural más general.
Al final, han aceptado la inclusión en la Ley general del norte de Irlanda de tres nuevas piezas legislativas para abordar la cuestión cultural, entre las que figura una sola para el tema del gaélico. De esta manera, cualquier Ministerio del nuevo Gobierno podrá hacer uso de una unidad especial establecida para facilitar la gestión de asuntos en gaélico. Asimismo, las sesiones de la Asamblea autónoma norirlandesa podrán desarrollarse en gaélico, inglés o el llamado escocés del Ulster con traducciones simultáneas.
El Ejecutivo norirlandés quedó roto en enero de 2017 y desde entonces no se había logrado un consenso. Los partidos tenían hasta el 13 de enero para llegar a un acuerdo o se convocarían nuevas elecciones.