Artur Mas ha confirmado lo que era un secreto a voces –convenientemente filtrado a medios afines– y ha anunciado la disolución del Parlament y la convocatoria de elecciones anticipadas para el próximo 25 de noviembre. El president ha realizado el anuncio al comienzo de su discurso de hora y media con el que ha abierto el debate de política general del Parlament.
Tras repasar el contexto actual y las acciones del Govern durante el último año, Mas ha recuperado el tono épico de los últimos días y ha señalado, casi en clave electoral, que «ha llegado el momento de que el pueblo de Catalunya ejerza el derecho a la autodeterminación».
En la parte final del discurso, Mas ha dado el principal golpe de efecto del día al señalar que desea que Catalunya alcance «sus objetivos nacionales» en la próxima legislatura, tras lo cual ha adquirido el compromiso público de no presentarse a las siguientes elecciones. Este anuncio puede ligar con las informaciones que en los últimos días han circulado sobre la propuesta de un referéndum para consultar a la ciudadanía sobre el futuro de Catalunya. Pero como viene siendo habitual, el president no ha dado más detalles concretos.
Mas ha explicado que la masiva manifestación del 11 de setiembre y la negativa definitiva de Rajoy al pacto fiscal han precipitado los acontecimientos: «El portazo al pacto fiscal ha representado perder una oportunidad histórica». «Es verdad que Rajoy me propuso llevar el pacto fiscal al Congreso, pero le dije que no, esta vez no votará el Congreso, sino el pueblo de Catalunya», ha añadido Mas.
El president, convertido en candidato, ha advertido también sobre las amenazas que se ciernes sobre el proceso y ha avisado sobre el peligro de atizar el discurso identitario y enfrentar a la población de Catalunya por su origen. En este sentido, Mas ha indicado que los «avala una identidad fundamentada en la cultura y no en la raza y la etnia, por eso no puede ser agresiva y excluyente». «El castellano también es patrimonio de Catalunya, igual que el catalán debería serlo de España», ha añadido.
En tono solemne, Mas ha señalado que «el Parlament que salga de estas elecciones deberá hacer frente a una misión histórica, la más trascendente en 300 años» para, acto seguido, repetir lo que ya dijo el día después de la Diada: «Nada será fácil, pero todo es posible».
Recortes justificados
Pese a que el adelanto electoral y la épica del discurso final de Mas concentrarán las portadas de mañana, la mayor parte de la comparecencia presidencial se ha dedicado a repasar, con una lluvia de datos inconexa, la acción de Govern durante el último año. Como resumen, valga una frase: «Prometer que se han acabado los recortes es engañar».
A partir de ahí, Mas ha justificado todos y cada uno de los recortes de su Govern, apoyándose en la crisis económica, la herencia recibida del tripartito y los impagos del Gobierno central. El president, además, ha tildado de «populismo y demagogia» el discurso contra los recortes, asegurando que «no son ni de izquierdas ni de derechas».
Pese a ello, Mas ha asegurado que se han mantenido los niveles del Estado de bienestar, hablando, por ejemplo, de «normalidad académica» en el inicio de un curso en el que las matrículas universitarias han subido hasta un 66% y en que, como el propio Mas ha explicado, el sistema educativo ha acogido «50.000 estudiantes nuevos con una plantilla que se ha tenido que reducir».