En la sesión de control al Gobierno español y en respuesta al diputado del PNV Pedro Azpiazu, el ministro de Industria, José Manuel Soria, ha anunciado que su departamento declarará el cierre de la central nuclear de Garoña antes del próximo 6 de julio, fecha prevista anteriormente para el cierre de la instalación.
Ha asegurado, no obstante, que el cierre se produce por «razones económicas» y no de seguridad, por lo que «se está analizando la situación con los aspectos relacionados con la regulación de su cese de explotación definitivo, ya que se produce por razones distintas a la seguridad nuclear; se basa única y exclusivamente en razones económicas», ha apuntado.
Esta decisión llega un mes después de que el Consejo de Seguridad Nuclear avalase la petición de Nuclenor, empresa explotadora de la central, para prorrogar la activida de Garoña.
Soria ha explicado que no se ha podido atender la solicitud de Nuclenor por «la imposibilidad del cumplimiento de los plazos en la ley que regula el procedimiento administrativo».
Por tanto, «en el momento actual conforme a lo previsto en el reglamento sobre instalaciones nucleares y radiactivos, con anterioridad al 6 de julio, el Ministerio deberá declarar mediante orden ministerial el cese definitivo» de Garoña.
La tramitación de la orden incluye la remisión de la documentación del expediente a las tres comunidades afectadas (la CAV, Castilla y León y La Rioja), un paso que ya se ha cumplido, según el ministro.
«Tengo la sensación de que los países que dejaron de aportar por la política nuclear van a reconsiderar su decisión»
Ya en la comparecencia de la tarde, donde Soria ha estado en la comisión de Industria del Congreso español, ha afirmado que tiene «la impresión» de que países que dejaron de apostar por la energía nuclear tras la catástrofe de Fukushima, como Alemania o Japón, «van a reconsiderar su política en relación a la energía nuclear».
Soria ha defendido que reconsiderar las políticas nucleares «es compatible con apostar, como se hace en España, por las energías renovables», si bien ha agregado que tener un sistema eléctrico 100% renovable «no es posible».
Parada desde diciembre
Nuclenor confirmó en setiembre pasado que no iba a solicitar la renovación de la explotación de Garoña a la espera de que se aclarara la «incertidumbre regulatoria» del sector y remitió la documentación del cierre a principios de noviembre de 2012.
La central paró su actividad en diciembre de 2012 en respuesta, según sus propietarios, a las nuevas tasas e impuestos a los residuos nucleares, que bajo su punto de vista hacen la central «inviable».
Sin embargo, el pasado 16 de mayo presentó ante el Ministerio de Industria la solicitud para que pueda «mantener abierta» la posibilidad de solicitar una renovación de la autorización del permiso de explotación de Garoña.