Tras declarar el jurado a Juan Carlos Aguilar culpable de los los «asesinatos con alevosía» de Jenny Sofía Rebollo y Maureen Ada Otuya el pasado 24 de abril, el magistrado-presidente, Manuel Ayo, ha dictado sentencia en la que le condena a 19 años de cárcel por cada uno de los dos crímenes, dos menos de los que pedía el fiscal.
El juez ha rebajado estos dos años por el reconocimiento que hizo Aguilar de su culpabilidad, pero no más por la gravedad de los hechos. Al respecto, destaca que no se arrepintió y subraya que los crímenes fueron de «extraordinaria gravedad», cometidos con «una violencia inusual». El máximo de pena que puede cumplir Aguilar son 25 años de cárcel.
El juicio a Aguilar se celebró entre los días 17 y 22 de abril en el Palacio de Justicia de Bilbo, y a preguntas del fiscal, el acusado procesado reconoció, con una respuesta afirmativa o negativa, ser el autor de las muertes de ambas mujeres en mayo y junio de 2013 en su gimnasio tras agredirlas brutalmente. «Lo reconozco todo», aseguró el acusado
La sentencia destaca que «la no apreciación de ensañamiento ha supuesto descartar la hipótesis que planteaban las acusaciones particular y popular de que hubiese habido un sufrimiento psicológico en Maureen Ada Otuya porque el acusado hubiese procedido en su presencia a descuartizar a la primera víctima, Yenny Sofía Rebollo».
El juez añade que en este caso «se le debe condenar a 19 años de cárcel e inhabilitación absoluta porque carece de antecedentes penales y ha admitido esencialmente los hechos que se le imputaban».
Además, obliga a Aguilar a indemnizar a los familiares de las víctimas con casi un total de 400.000 euros. Al hijo de Rebollo, Aymar, deberá pagar 100.000 euros; al padre, Santiago Rebollo Tuirán otros 120.000 euros; y a la madre, Benicia Rebollo, 12.000 euros. También indemnizará con 120.000 euros al padre de Ada Otuya, Godspower; y a Frank-Onkeya Otuya, el hermano, con 25.000 euros. Asimismo, abonará las costas procesales.
La Fiscalía había solicitado 20 años por cada uno de los delitos de «asesinato con alevosía». La acusación popular, ejercida por Clara Campoamor, pidió que se impusiera a Aguilar 20 años de cárcel por el «asesinato con alevosía» de Yenny Sofía Rebollo y 25 por el de Maureen Ada Otuya con las agravantes de «alevosía y ensañamiento».
Por su parte, el letrado de la familia Otuya reclamó 25 años de prisión por «asesinato con alevosía y ensañamiento», y la defensa de la familia de Yenny Rebollo solicitó 20 años de cárcel por «asesinato con alevosía».
Contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Bizkaia, cabe recurso de apelación ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), que deberá interponerse en un plazo de 10 días desde su notificación.