Ferraz ordena al PSN no presentar ni apoyar una moción de censura contra la presidenta Barcina
Ferraz ha ordenado al PSN no presentar ni apoyar una moción de censura contra la presidenta Yolanda Barcina, sin esperar a la reunión del Consejo Regional.
La Ejecutiva Federal del PSOE ha acordado este miércoles prohibir que se formalice la presentación de una moción de censura contra la presidenta de Nafarroa, Yolanda Barcina, o votar a favor de ninguna registrada por otro partido, argumentando que para que cualquiera de estas opciones prosperase serían necesarios los votos de Bildu.
Este veto se da a conocer la víspera de que se reúna el Consejo Regional del PSN, que hoy había concluido su ronda de contactos con Geroa Bai, I-E y NaBai para analizar el camino a seguir.
Tras la comisión de investigación por las «injerencias» del Gobierno UPN en la Hacienda foral y las posteriores reuniones, el PSOE remarca que se ha comprobado «la imposibilidad de que esa iniciativa –la moción de censura– pueda salir adelante sin los votos de Bildu», algo que era sabido desde el principio, ya que sería necesario sumar los votos de toda la oposición salvo el PP.
La Ejecutiva Federal insiste en reclamar a Yolanda Barcina que dimita y convoque elecciones, pero la presidenta ya ha dejado claro por activa y por pasiva que no piensa hacerlo. Es más, retó al PSN a presentar la moción de censura, si bien luego apeló al PSOE para que echara el freno, en una jugada que por ahora le ha salido perfecta.
Barcina aseveró que dimitir sería «seguir la hoja de ruta de Bildu», arma arrojadiza que el PSOE trata ahora de devolver acusando a a la presidenta de mantenerse en su cargo «amparada por los escaños de Bildu».
El PSOE termina su nota alabando la «responsabilidad» con la que ha actuado el PSN durante las últimas semanas «tratando de desbloquear la situación».
Hace exactamente un año, el 5 de marzo de 2013, el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ya dejó claro que la «estabilidad institucional» de Nafarroa era una prioridad para su partido y que las decisiones relevantes se tomaban en Madrid. Antes, en el verano de 2007, tuvo lugar el famoso «agostazo», cuando Ferraz dejó vía libre a Miguel Sanz para conformar Gobierno.