El 11 de enero de 1978 fue un día trágico en Iruñea. A las tres de la madrugada, la Policía española desplegó una amplia operación. Los registros y las detenciones se prolongaron durante toda la jornada. Las pretensiones de la Policía no eran moco de pavo. «La operación no terminará hasta que acabemos con ETA», vaticinó.
En el marco de esta operación, a primera hora de la tarde se produjo un tiroteo en el barrio de Sanduzelai en el que murieron tres personas: los miembros de ETA Joaquín Pérez Viñaspre, 'Txintxo', y Ceferino Sarasola Arregi, 'Xefe', y el inspector de Policía José Manuel Baena Martín.
La noticia de los sucesos de Iruñea llegó rápidamente a los pasillos del Congreso de Madrid. El entonces ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, llamó inmediatamente a los jefes de Policía y al gobernador de Iruñea, según recogió al día siguiente el diario 'Egin'. A los periodistas que le rodeaban en el pasillo les respondió de una forma difícil de calificar. Podría parecer que estuviera retransmitiendo un partido de fútbol, aunque lo que denotaba realmente era una lógica de guerra, del saldo de bajas en una guerra: «Dos a uno a nuestro favor».
En unas declaraciones realizadas durante esos días, el ministro del Interior mostró su cara más 'negociadora': «Cada vez que se presenta una opción política, ETA se radicaliza. Yo soy negociador y daré mi visto bueno a cualquier intento de negociación que permita una solución al orden público en el País Vasco, pero las negociaciones no deben dejarnos desarmados y desamparados».
No hubo, sin embargo, soluciones al conflicto, y los policías dirigidos por Martín Villa siguieron empuñando sus armas. Meses después, en julio de ese mismo año, la Policía irrumpió en la plaza de toros de Iruñea y en los disturbios posteriores acabó con la vida de Germán Rodríguez a tiros. Martín Villa justificó la actuación policial diciendo: «Los nuestros son errores, los suyos son crímenes».
En octubre de 2014, la jueza argentina María Servini, que instruye la causa contra los crímenes del franquismo, imputó al exministro Rodolfo Martín Villa por la matanza del 3 de marzo de 1976 en Gasteiz y por la muerte de Germán Rodríguez en los Sanfermines de 1978, entre otros.
Seis años después de ser imputado por la Justicia argentina, el 3 de octubre de 2020, Martín Villa prestó declaración indagatoria ante María Servini como acusado de delitos de homicidio agravado en un contexto de crímenes contra la humanidad. Martín Villa defendió en su declaración su papel en la llamada «transición» española frente a los cargos de delitos de lesa humanidad que se le atribuyen en relación con doce muertes entre los años 1976 y 1978. El 23 de diciembre de 2021 la justicia argentina revocó la decisión de la jueza Servini de procesar a Martín Villa.