1977/2024 , Otsailak 13

Artefaktua
Donostia

«Hipócritas. Se va a seguir torturando»

Cuatro días después de la muerte de Joxe Arregi, el que fuera redactor jefe del diario 'Egin' Luis Núñez publicaba un artículo de opinión donde apelaba a la responsabilidad tanto a los partidos políticos como a otros medios de comunicación.

Interior de las páginas de 'Egin', con el artículo firmado por Luis Núñez.
Interior de las páginas de 'Egin', con el artículo firmado por Luis Núñez. (EGIN)

La muerte de Joxe Arregi, tras nueve días de incesantes torturas, generó una ola de protestas y de indignación en Euskal Herria. Algunas se manifestaron en forma de huelgas generales o manifestaciones y, otras, se plasmaron en las páginas de 'Egin', tal y como lo hizo el 17 de febrero el sociólogo Luis Núñez con un artículo de opinión en el que denunciaba la actitud de partidos políticos como el PSOE o el PNV y mencionaba el papel que estaban jugando otros medios de comunicación.

Con motivo de este Artefaktua, traemos a nuestros días la reproducción íntegra de ese artículo:

«Hipócritas, se va a seguir torturando»

Los dirigentes de los partidos y medios de comunicación que silencian habitualmente la tortura son unos hipócritas. Saben perfectamente que esta es una práctica corriente de la Policía española y ahora se hacen los sorprendidos y se rasgan las vestiduras.

Esos dirigentes hipócritas, por lo general, se limitan a silenciar la tortura. Otras veces la disimulan llamándola «malos tratos» o con eufemismos semejantes; como si lo que hiciesen en los gobiernos civiles y en las comisarías y cuartelillos fuese darle al detenido un par de empujones. Otras veces, cuando el asunto trasciende, envuelven el hecho con palabras de duda; «parece ser que tal vez en algún caso...», como dijo hipócritamente Garaikoetxea hace no mucho.

Por acción unas veces y por omisión otras (el silencio es su regla de oro en este asunto), les hacen el juego cotidianamente y conscientemente a los torturadores. Algunos de ellos, incluso, han apoyado la ley básica en la materia, la Ley Antiterrorista; y los que sin apoyarla han callado de qué iba son cómplices también.

Es más, se ha dado el caso de justificar la tortura, como cuando Rubial del PSOE y Jáuregui del PNV han pedido públicamente la guerra sucia contra «el terrorismo». ¿O es que pedían solo el envío de incontrolados para poner bombas en bares y librerías, para matar a los opositores radicales, para ametrallar algún bar en Hendaia?

Son cómplices de la tortura los dirigentes de esos partidos, pero también los de los medios de comunicación que silencian la tortura. ¿Cuántas veces y cómo se ha denunciado la tortura en Radio Popular? ¿Cuántos torturados han ocupado sus antenas para dar a conocer públicamente a todos los ciudadanos ese horror vergonzoso de las dependencias policiales? ¿Cuántas veces y cómo se ha denunciado la tortura por televisión? Ni tan siquiera han aparecido los torturadores o los torturados del «régimen anterior», como dicen los dirigentes hipócritas. Porque «antes sí que se torturaba», repiten, pero casualmente no aparecen en TVE casos de tortura, ni siquiera «los de antes».

En dos ocasiones y hace bien poco el director de 'El Diario Vasco' de San Sebastián me ha rechazado artículos exclusivamente porque en ellos se mencionaba la tortura «y eso podría llevarme a la cárcel», me dijo; «si quitas ese parrafito, te lo publico, y si no, no». Y claro, no los quité y no los publicó.

Que se torture me parece mal y me lo parece siempre y en todas partes. Pero encubrir y silenciar la tortura me parece aún más ruin y cobarde. Me apellide Garaikoetxea, me apellide Rubial o me apellide como sea.

Ha habido últimamente varios casos notabilísimos de tortura; ¿qué dirigente de estos denunció el asunto? Silencio general. Y ha habido también otros muchísimos casos más, aunque los torturados fuesen menos conocidos. Silencio general. Comisiones e investigación de tortura que no investigan, que no vienen al País Vasco (no es solo aquí donde se tortura, que conste), «porque no es momento oportuno...». Silencio general.

Si denuncias tortura y naturalmente no puedes probarla (los torturadores son fascistas pero no son tontos), ¡te acusan a ti de calumniar a la Policía! Silencio general. Amnesty International denuncia la tortura y los medios de comunicación ridiculizan o minimizan su testimonio.

Uno de los cinco torturadores cuyo nombre se ha publicado ahora con motivo del calvario de Joxe Arregi me torturó a mí personalmente en el Gobierno Civil de San Sebastián hace nada menos que diez años. ¡Diez años torturando, amigos! Como una pura casualidad, nadie se había dado cuenta del trabajo de ese funcionario. Quien por otra parte tenía ya entonces sus jefes, que me torturaban con él. Y que han ascendido de puesto y hoy son jefes importantes de la policía democrática.

Solo hay una manera de oponerse sinceramente a la tortura y no dos, señores hipócritas: denunciarla incansablemente una y otra vez, darla a conocer a los cuatro vientos y dar la palabra a los torturados en los abundantes medios de comunicación que vosotros controláis. Y no permitir que se secuestren ni se repriman las denuncias de tortura. Todo lo demás es pura hipocresía, puro encubrimiento de la tortura.

¿Por qué os rasgáis en realidad las vestiduras ahora? ¿Porque se tortura, cosa que sabíais de maravilla, o porque esta vez los policías encargados de ella no han sabido hacerlo bien y se han descubierto, dejándoos en mal lugar?

Pido a cuantas personas están honesta y absolutamente contra esa vergüenza de la tortura que dejen de apoyar a los dirigentes hipócritas de esos partidos políticos y dejen de comprar los medios de comunicación en que se silencia la tortura.

Desde el 18 de julio del 36 se ha venido torturando, amigos, y mientras continúen en sus puestos esos dirigentes cómplices de la tortura se va a seguir torturando, podéis estar seguros.

Honi buruzko guztia: 1981