Patxi López solo dio una entrevista a GARA como lehendakari, pero dio mucho juego. Tanto que se hicieron eco de ella muchos medios en todo el Estado español. El momento, 19 de febrero de 2012, daba mucho de sí. Solo hacía cuatro meses que ETA había declarado el cese definitivo de la actividad armada, Bildu gobernaba la Diputación de Gipuzkoa y Amaiur había irrumpido con una fuerza descomunal en Madrid, pero la izquierda abertzale seguía sin representación en el Parlamento de Gasteiz.

En ese contexto, Patxi López, investido lehendakari tres años antes con los votos del PP y sin el concurso de la izquierda abertzale, entonces ilegalizada, llamó normalizar la vida política vasca: «Una izquierda abertzale que está gobernando en instituciones no poco importantes en este país tiene que tener el derecho y la capacidad de tener una formación política que le represente». «Todos debiéramos entender que la izquierda abertzale forma parte de la sociedad vasca y tiene su papel y sus responsabilidades», añadió.

Defendió también cambios en la situación de los presos –«En Euskadi existe casi un consenso sobre la necesidad de aplicar una política penitenciaria diferente»–, pero no se movió del mantra que Catalunya estaba a punto de empezar a desmentir: «Se dice mucho lo de los presos políticos, pero en política se puede defender todo en este país, lo que no se puede es utilizar la violencia para defender cuestiones políticas».

También dieron juego las respuestas sobre su viaje a EEUU durante el anuncio del cese de ETA –«No se puede suspender un viaje de estas características pensando en que tres encapuchados van a leer un comunicado»–, y las referidas a la batalla del relato, que empezaba a asomar con fuerza. Un laberinto en el que López pareció perderse en algún momento.

«¿Melitón Manzanas es una víctima o un torturador?», pregunta el periodista. «Ya, pero a los torturadores se les condena por la justicia, no se les asesina. Se le convierte en víctima cuando se le asesina», contesta el lehendakari, ante lo cual el periodista repregunta: «Y, entonces, ¿Argala qué es, un terrorista o una víctima muerta en atentado?». López acaba concediendo: «Pues también puede ser considerada una vícti... yo no hago equidistancia entre las víctimas, ¿eh?, pero cuando se asesina a alguien también es una víctima, porque en un sistema democrático quien tiene que actuar es siempre la justicia».

Puede consultarse aquí la entrevista completa.