1977/2024 , Martxoak 4

Amaia Ereñaga
Erredaktorea, kulturan espezializatua

'Piti' y Zabala, dos matones para un relato con tintes negros

Si no fuera porque es real, demasiado real, el relato de las andanzas y tropelías de los matones Ignacio María Iturbide Alcain, 'Piti', y Ladislao Zabala Solchaga podría parecer salido de una de las novelas de Don Winslow (Nueva York, 1953), uno de los mejores escritores vivos de novela negra del mundo.

Armas encontradas en casa de Iturbide tras su detención.
Armas encontradas en casa de Iturbide tras su detención. (EGIN)

La historia de la sangrienta pareja formada por Ignacio María Iturbide Alcain, 'Piti', y Ladislao Zabala Solchaga contiene todos los elementos de una de las novelas de Don Winslow: guerra sucia, corrupción policial y política, muertos, sangre, sufrimiento y poderes fácticos que tapan sus porquerías. Y unos protagonistas que quedan impunes.

Vayamos por partes. Primero, los hechos: madrugada del 4 de marzo de 1981, pocas horas después de la muerte a tiros en una parada de autobús en Andoain de Francisco Javier Ansa Zinkunegi, la Policía detiene a Ignacio Iturbide y Ladislao Zabala.

«Nuevo atentado indiscriminado de la ultraderecha en Andoain», titula 'Egin' en su edición del 4 de marzo. Ansa era un trabajador metalúrgico que esperaba al autobús que debía conducirle al trabajo. «Era epiléptico y, según declaraciones de familiares y amigos, hombre sencillo y retraído. No se le conocía tendencia o actividad política alguna. Se da la trágica circunstancia de que era pariente lejano de José Ramón Ansa, muerto el 5 de mayo de 1979 por la Triple A. Era hermano también del teniente de alcalde de Andoain por el PNV», describe el diario.

Carnet de Francisco Javier Ansa. Solo tenía 36 años cuando lo mataron. (EGIN)

En rueda de prensa, el gobernador civil de Gipuzkoa, Pedro Arístegui, informa de que a ambos se les acusa de haber participado, con esta última muerte, en siete atentados mortales en el que es conocido como el «Triángulo de la muerte» (Astigarraga, Hernani y Andoain) y que han sido reivindicados por el Batallón Vasco Español. Hay otra tercera persona detenida: Rogelio González Medrano; también está en dependencias policiales por sus conexiones con la actuación en bandas de extrema derecha.

En su edición del 5 de marzo, 'Egin' recoge la noticia, también las protestas provocadas por estas muertes –huelga general en estas localidades guipuzcoanas afectadas– y las declaraciones del gobernador civil Arístegui, en las que se queja de que «se ha hecho mucha política con la supuesta implicación de las Fuerzas de Seguridad del Estado en los atentados de extrema derecha». Proclama que «los primeros interesados en demostrar lo contrario somos nosotros». Fundido en negro.

'Egin' ya recuerda en aquella portada que «Iturbide es sobradamente conocido por su participación en acciones de incontrolados, citándose con profusión de datos en el dossier sobre los atentados elaborado por la Comisión de Investigación de Andoain, su pueblo natal.
 
Para desentrañar la madeja de esta historia, vamos a seguir los consejos de un gran escritor, el francés Pierre Lemaitre, un enamorado de este género y autor del 'Diccionario apasionado de la novela negra' (Salamandra), quien ha pasado más de una vez por nuestras páginas. Lemaitre da cinco claves a la hora de escribir una buena novela negra.

1. Emoción

Se refiere a las emociones que la historia suscita en el lector y, a este respecto, tienen una importancia capital los personajes. En este caso, hay muchos. Y las emociones son de todas clases; pocas, alegres.

Empecemos por los dos protagonistas principales: Ignacio Iturbide, 'Piti' (Hernani, 1949-Bilbo, 2013) y Ladislao Zabala (Donostia, 1953-Madrid, 2015).

Ladislao Zabala. (EGIN)

Hernaniarra y oveja negra de su familia, como se puede leer en el obituario que GARA le dedicó a su muerte, 'Piti' era un bala perdida metido en ambientes parapoliciales, al que le ponía la violencia. Trabajó como guardia jurado en Orbegozo de Hernani y también como policía municipal en Zornotza... No lo era, pero cobraba como tal y campaba a sus anchas, con intentos de secuestro de jóvenes incluidos. En 1978 fue condenado por haber incendiado la sede del PCE en Donostia y la del equipo de baloncesto Askatuak, pero sus influencias lo sacaron de prisión en cinco meses.

Cuando salió de la cárcel hizo pareja con otro fascista de nuevo cuño: Ladislao Zabala, hijo de quien fuera vicepresidente de la Diputación guipuzcoana en los 60. El historiador Iñaki Egaña lo retrataba así en un artículo publicado a su muerte.

En 1979 la pareja comenzó a dejar un reguero de sangre. Actuaban con total impunidad. Tenían las espaldas cubiertas. Desde 1979 a 1981 camparon a sus anchas, hasta que la presión en la calle fue tal que fueron detenidos y condenados a 231 años de cárcel. Cumplieron entre diez y once años.

Dolor ante el féretro de Joaquín Antimasberes. Era gitano y vivía en Hernani. (EGIN)

Aquí entran otros protagonistas que suscitan otros sentimientos, los muertos, siete: José Ramón Ansa (muerto en Andoain, el 6 de mayo de 1979), Tomás Alba (muerto en Astigarraga el 28 de setiembre de 1979), Felipe Sagarna (fallecido en Hernani el 19 de abril de 1980), Miguel Arbelaiz  y Luis Mari Elizondo (muertos ambos en Hernani el 7 de noviembre de 1980), Joaquín Antimasberes (muerto en Urnieta el 4 de noviembre de 1980) y Francisco Javier Ansa (el 3 de marzo de 1981).

2.-Novela policíaca frente a novela negra

Dice Lemaitre que se diferencian por los móviles: «En la novela policíaca, el crimen sería personal; en la negra, social», escribe. Evidentemente, aquí el móvil es político. Solo hay que mirar al contexto de la época y al resto de los personajes: quienes alzaron a los asesinos los hicieron caer.

Jesús Martínez Torres, comisario general de Gipuzkoa, denunciado repetidamente por torturador, se arrogó la detención de la pareja. El Gobierno del PSOE lo ascendió años después a director de la Brigada de Información en Madrid. Está luego también Jesús Arrondo, 'Cocoliso', informador policial e introductor de Iturbide en los ambientes policiales... pero faltan nombres.

Casi cuatro décadas después, el historiador Iñaki Egaña lanzaba algunas preguntas todavía sin respuesta: ¿Quiénes marcaban los objetivos? ¿Quiénes los escenarios? ¿Quiénes aceleraban o desaceleraban las acciones? Y los colaboradores, ¿qué fue de ellos?

Funeral multitudinario en Hernani por Felipe Sagarna 'Zapa', en 1980. (EGIN)


3.-Realidad

El triángulo Astigarraga-Hernani-Andoain fue especialmente castigado por la extrema derecha en aquella época. Hubo siete muertes, pero también muchos intentos, aunque la elección de objetivos no seguía una aparente lógica. La actuación a cara descubierta de 'Piti' y sus compañeros y la protección con la que se movían provocaron la indignación ciudadana y narra 'Egin' que comenzó a circular un dossier con diez nombres posibles de los autores de las muertes, entre ellos el de 'Piti'.

Ramón Sola, ya en 2014, se hacía eco de un informe de Euskal Memoria, donde se diseccionaba la realidad de la guerra sucia. Y escribía que el dossier  'La guerra no declarada. Terrorismo de Estado en Euskal Herria' incluía «no solo con datos tremendos como los 83 muertos del posfranquismo, sino también con análisis que dan contexto y entrevistas que aportan textura humana».

4.- Verosimilitud

A su salida de prisión, los dos compinches tomaron caminos diferentes. Iturbide volvió a ser detenido en Valencia en 1998, cuando por lo visto preparaba un secuestro junto a otros dos ultras, aunque les dejaron en libertad.

Ladislao Zabala llegó a fundar Patria Libre con el también ultra y sobradamente conocido Ricardo Sáenz de Ynestrillas.

Por cierto que, en 2016, Agustín Goikoetxea publicaba una información sobre la venta en Bilbo, por parte de los herederos del general fascista José Solchaga Zala, de las condecoraciones y regalos... puestos a la venta tras la muerte de su único nieto, Ladislao Zabala. Por cierto, este conoció en la cárcel a la que sería su mujer, Doris Tizona, una activa militante falangista.

La memoria sigue viva pese al tiempo pasado. (EGIN)


5.-Violencia

«¿Incontrolados?» titulaba un artículo, publicado en 2022, Xabier Makazaga, investigador de Terrorismo de Estado. Apuntaba que la mayoría de los crímenes reivindicados usando las siglas GAL y cometidos en Ipar Euskal Herria quedaron completamente impunes, y «aún fue mucho más flagrante la impunidad en lo que se refiere a los múltiples asesinatos cometidos en Hegoalde cuando las siglas utilizadas eran BVE, Triple A, GAE y similares».

Hablando de violencia y memorias, en 2018, Argituz dio a conocer un dossier, que NAIZ y GARA publicaron íntegro, en el que hombres y mujeres de signo político muy diferente se dieron cita a través de sus testimonios en el documento sobre la memoria compartida en Andoain, donde se recogían los datos de las conculcaciones de derechos humanos y acciones violentas que ocurrieron en la localidad entre 1956 y 2018.

Honi buruzko guztia: 1981