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Carta de despedida del obispo Gaillot a Yvan Colonna

Jacques Gaillot, obispo de Evreux represaliado por el Vaticano, escribió una carta de despedida tras conocer el fallecimiento del preso corso Yvan Colonna, al que visitó en la cárcel. Colonna murió el 21 de marzo de 2022 en el Hospital de Marsella a resultas de la agresión sufrida en la prisión francesa de Arlés.

Manifestación en Aiacciu para denunciar la muerte de Yvan Colonna tras sufrir una agresión en la prisión de Arlés.
Manifestación en Aiacciu para denunciar la muerte de Yvan Colonna tras sufrir una agresión en la prisión de Arlés. (Pascal POCHARD-CASABLANCA | AFP)

Jacques Gaillot fue obispo de Evreux hasta que, en 1995, fue apartado por la Curia vaticana. Al no poder quitarle su rango, Roma le dejó en suspenso y al cargo de la diócesis-fantasma de Partenia.

La llegada del Papa Francisco favoreció la «rehabilitación» del «obispo rojo», que falleció a los 87 años de edad, el 12 de abril de 2023.

Fiel amigo de Euskal Herria, Gaillot mantuvo un compromiso solidario con las luchas de los pueblos. Prueba de ello, la misiva publicada con fecha de 22 de marzo de 2022 en su página de Facebook a modo de despedida de Yvan Colonna, y cuya versión en castellano publicó al día siguiente NAIZ.

Tras sufrir una violenta agresión a manos de un detenido fichado como «islamista radicalizado» en la cárcel de Arlés, Yvan Colonna falleció el 21 de marzo de 2022 en el Hospital de Marsella.

Despedido por los suyos en su localidad natal de Carghjese (ver galería fotográfica) la muerte de Yvan Colonna dio lugar a una tensa vigilia, seguida de importantes movilizaciones en la isla y a una cadena de ataques incendiarios que pusieron en la diana a las instituciones estatales.

Un clima explosivo que forzó al Gobierno de Emmanuel Macron a mover ficha y poner sobre la mesa una oferta sobre una futura autonomía «anclada en la República francesa» para Corsica.

Este es el escrito que dedicó el obispo Gaillot a Colonna tras la muerte del militante corso:

«Apreciaba tu dignidad rebelde. Nadie ha podido quitarte tu dignidad. Te pertenecía.

Pese al alejamiento de tu familia y de tu país, pese a la dureza de la vida carcelaria, no renunciaste a la vida.

No estabas hecho para vivir sometido, sino para ser un rebelde.

¿Qué sería de esta existencia si no hubiera personas rebeldes?

Al entrar en la prisión de alta seguridad en que te encontrabas me impresionaba encontrarme frente a un hombre libre.

¿Cómo se puede seguir siendo una persona libre cuando se vive encerrado entre muros y controlado por las cámaras?

Tú eres pese a todo un hombre libre para amar y cuidar de los demás.

Recuerdo haberte dicho un día: 'Tú, pastor de Cargèse, has hecho un gran viaje'.

Me sonreíste, sin desmentirme.

Ante el Tribunal especial de París proclamaste una vez más tu inocencia: 'Soy un patriota corso, pero no he matado nunca a nadie, tampoco al prefecto (Claude Érignac)'.

Fuiste condenado sin pruebas. Te acusaron por un hecho que no se corresponde con lo que eres. Siempre he creído en tu inocencia.

Una vez me sorprendiste al decirme: 'Tengo simpatía por el Papa Francisco. Es humano. Entiendo lo que dice. Le preocupan los pobres. Cuando habla, sus palabras me llegan'.

Yo te respondí: 'Si Francisco pudiera escuchar tus palabras sería un bálsamo para su corazón'.

Yvan, el hombre al que amamos, el que siguió siempre siendo rebelde, eres un honor para el pueblo corso».

Jacques Gaillot
Obispo de Partenia
París. 22-03-2022

 

 

 

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