La declaración de la ex ministra principal unionista, Arlene Foster, destacó sobre las numerosas reacciones suscitadas por la muerte del exdirigente republicano Martin MacGuinness.
Su mensaje de condolencia no destilaba una relación cercana o una fluida colaboración política, aunque sí respeto a una trayectoria, por lo demás, insoslayable.
Prueba de ello, McGuinness renunció en enero de 2017 a su responsabilidad en el Gobierno de Belfast para mostrar su desacuerdo por el modo en que el partido unionista DUP y su ministra principal, a la sazón Arlene Foster, gestionaron una denuncia de corrupción en la política de energías verdes.
Pese a tales precedentes, Foster optó por un reconocimiento póstumo a McGuinnes que le reconciliara con los tiempos y, sobretodo, con una opinión pública que reconoce muy mayoritariamente la contribución que, quien ejerciera como vice primer ministro desde 2007, hizo a la hora de construir una agenda compartida, primero con el recalcitrante reverendo Ian Paisley, y luego con su sucesor, Peter Robinson, hasta llegar al accidentado mandato de Foster.
Fue el movimiento republicano irlandés el encargado de comunicar, mediante un comunicado difundido el 21 de marzo de 2017, el fallecimiento de Martin McGuinness, cuya trayectoria está ligada a la del expresidente de Sinn Féin, Gerry Adams, al ser considerados ambos como los arquitectos principales de una solución de paz justa y duradera para Irlanda.
No hacía mucho que McGuinness había salido de la primera línea de la política por motivos de salud.
Falleció en su Derry natal a los 66 años tras una vida de compromiso con el movimiento republicano.
Tal como reconoció en el proceso judicial relativo a la muerte de 14 civiles a disparos de los paracaidistas británicos en una protesta en favor de los derechos civiles (Bloody Sunday), McGuinnes se incorporó al Ejécito Republicano Irlandés (IRA) con solo 21 años, en 1972.
Detenido y condenado por ser voluntario del IRA en 1973, fue elegido, junto a Gerry Adams, como interlocutor de un diálogo secreto con las autoridades británicas.
Transcurridos veinte años, y ya siendo un referente activo en la vida política, el Sinn Féin le designó como negociador, teniendo un papel fundamental en los Acuerdos de Viernes Santo (2018).
Un año antes fue elegido diputado de la Cámara de los Comunes británica, y también ejerció como ministro de Educación desde el primer gabinete integrado por unionistas y republicanos.
En 2007 pasó a ejercer como vice primer ministro, acumulando una larga experiencia en la búsqueda de los consensos precisos para profundizar en los acuerdos de paz.
NAIZ glosó la andadura de Martin McGuinness a través de la siguiente galería fotográfica.
Curtido en los años duros de la lucha por los derechos civiles, McGuinness pudo participar de las mieles. Fue, de hecho, partícipe de ese fuerte impulso electoral y social que permitió a Sinn Féin avanzar desde los 6 condados todavía bajo soberanía británica a los otros 26 que integran la República, reforzándose paso a paso como una alternativa de izquierda que no pierde de vista el objetivo de la reunificación de Irlanda.
Un recorrido en el que 2024 ha marcado un nuevo hito, al ser nombrada por primera vez una dirigente republicana, Michelle O'Neill, en el puesto de ministra principal del Gobierno de Belfast.