Hace 6 años, un día como hoy, fallecía el alpinista iruindarra Mari Abrego, a los 73 años de edad. Abrego tenía en su haber el ascenso al Jannu en 1981 y al menos en 25 ocasiones a la cima del Aconcagua. Asimismo había logrado cinco ochomiles: el Makalu en 1984, el K2 en 1986, el Nanga Parbat en 1992, el Broad Peak en 1995 y el Cho Oyu en 1999, a los que sumar cuatro intentos en el Everest en los años 1985, 1987, 1989 y 1990. Por todos estos logros deportivos, el Gobierno de Nafarroa le galardonó con la Medalla de Oro al mérito deportivo.
Dos años antes, Abrego concedía a NAIZ una entrevista con motivo del treinta aniversario de la cima conseguida en el K2, en la que señalaba que haber alcanzado esa cumbre supuso para él conseguir «la máxima ilusión» de su vida. Sin embargo, el periodista Iñaki Vigor le tuvo que recordar que se cumplían 30 años de aquel logro histórico. Un hecho simbólico que dice mucho del carácter de este alpinista, tal y como recordaba Beñat Zaldua en el obituario sobre la vida de Abrego.
Fue un alpinista innovador para la época –la expedición al K2 la componían solo él y Josema Casimiro– y en unas condiciones de descenso infernales, aquella ascensión al ochomil más exigente que existe fue el clímax de su carrera. Fue uno de los principales referentes de una generación de alpinistas que abrió los caminos del Himalaya a los que vendrían después.
En reconocimiento a este figura que marcó una época, el Ayuntamiento de Iruñea decidió ponerle su nombre al vial que se extiende desde la avenida de Zaragoza hasta la avenida de Nafarroa en el nuevo desarrollo urbanístico de Azpilagaña Sur.