Tal y como da cuenta el diario 'Egin' de 1980, Mari Carmen Bellido Tenería fue una rica terrateniente de Cortes que, al morir sin descendencia a finales del año 1973, legó sus bienes y tierras para que fueran «administrados e invertidos en la construcción de una guardería y una residencia de ancianos en el municipio».
A la hermana de la fallecida aquel gesto de filantropía no le gustó del todo. Quería quedarse, al menos, con la mitad de aquellas 300 robadas de regadío. Se inició así una disputa judicial entre ella y los siete albaceas a los que la terrateniente había dejado encargada la gestión de estos bienes en favor del pueblo.
Esta situación conllevó que las tierras quedaran en el más puro abandono durante casi una década y, por consiguiente, dejó a Cortes –una localidad de algo más de 3.000 personas en el confín más meridional de Nafarroa– sin recursos para la guardería y la residencia de ancianos.
'Egin' explica qué pasó a continuación. «La asamblea de izquierdas de Cortes tomó la iniciativa a la vista del deterioro de los bienes», expone el artículo. Y, tras una serie de reuniones, varios vecinos se adelantan y comienzan a arar las tierras. Dos días después, toda la asamblea los arropó.
Un poco más tarde, el 22 de mayo, el Ayuntamiento de la localidad refrenda la acción de los pioneros y los asambleístas.
HB saludó la acción de Cortes, y la de Cadreita, como «el verdadero camino» para acabar con el caciquismo en Erribera
«El día 30 de mayo se constituye UNAFU (Unidos a la Fundación) con unos estatutos mínimos para dar puestos de trabajo con estas tierras, entregar los beneficios a la Fundación Carmen Bellido, acelerar los trámites para conseguir los fines de la fundación y dejando abiertas las puertas de la asociación a todos los vecinos», prosigue el periódico, que explica que la precipitación de los acontecimientos se debe a las «fuertes suspicacias» que estaba generando la gestión de los albaceas.
De esta manera, 'Egin' relata cómo el 7 de junio habían quedado sembradas «120 robadas de maíz» de las 300 que la mujer había legado al pueblo.
El proceso llevado a cabo en Cortes hasta la siembra del maíz había recibido el aval de la Mesa de HB de Erribera, que saludó el día anterior estas acciones de empoderamiento agrario.
Ese texto de HB aparece recogido parcialmente en la noticia y menciona que se estaban llevando a cabo apropiaciones de tierras similares en Cadreita. Dice que acciones así son «el verdadero camino a seguir para acabar con los restos del feudalismo y el caciquismo en la Ribera, suponen un importante golpe a la derecha y, en definitiva, un avance importante en el proceso de autoorganización del pueblo trabajador navarro».
Saliendo aquella jornada a trabajar las tierras que aún no eran suyas, de alguna manera, los vecinos de Cortes se adelantaron a las iniciativas que, unos años después, realizaría el andaluz Sindicato de Obreros del Campo (SOC) para hacerse con las fincas de El Humoso, pertenecientes al Duque de Infantado (el terrateniente que fue dueño de Sartaguda), y crear las cooperativas de Marinaleda para sacar cuantos más jornales posibles (a día de hoy, según temporadas, pueden dar trabajo a 500 personas).
El resultado fue irreversible. Hoy la localidad de Cortes cuenta con guardería y con una residencia de ancianos. Esta última lleva por nombre Mari Carmen Bellido. Ambas se financian con aquella herencia.