Federico Krutwig –también conocido como 'Sarrailh de Ihartza' y 'Heiko Sagredo'– es conocido, casi un mito, por su obra 'Vasconia', uno de los libros más explosivos de la historia de Euskadi. Prohibido tanto en el Estado español como en el francés, es prácticamente imposible de localizar hoy.
Pionero de la renovación de Euskaltzaindia, uno de los iniciadores del movimiento de unificación del euskara, fue miembro de ETA durante alguna época, coincidiendo con la V Asamblea.
EGIN- ¿Por qué tuvo que exiliarse?
Federico Krutwig- Estoy exiliado desde el año 52 a consecuencia del discurso de presentación que di en la Academia cuando entró Villasante. En él, pedía a la Iglesia Católica que cumpliese con su propia legislación en el País Vasco por lo que al euskara y a la cultura vasca correspondía, discurso que fue considerado como una incitación a la rebelión.
EGIN.- ¿Cuando le den el pasaporte piensa establecer su residencia en Euskadi Sur?
F.K.- Cuando he estado toda mi vida luchando por la cultura y la lengua vasca, me parece que sería absurdo que en el momento en que las cosas se puedan hacer ya aquí, yo me quedara fuera.
EGIN.- ¿Para cuándo piensa volver?
F.K.- Si me dan el pasaporte pienso volver este mismo mes.
EGIN.- ¿Cuando vuelva, piensa continuar con sus tareas de académico?
F.K.- Bueno, yo en realidad nunca he abandonado estas tareas. Cuando hacia el año 62 vivía en Biarritz, continué asistiendo a las reuniones de la Academia que ahí se hacían.
EGIN.- ¿Piensa asistir a la Asamblea General de Euskaltzaindia que se celebrará en Bergara el próximo mes de setiembre?
F.K.- Me gustaría mucho asistir. Si me dan el pasaporte para entonces, desde luego que asistiré.
«Por la misma unidad del País Vasco es necesaria una unificación literaria»
EGIN.- Usted, uno de los primeros promotores del euskara unificado, ¿cómo ve hoy este movimiento?
F.K.- Yo creo que una unificación literaria es algo imprescindible, es simplemente necesidad de economía, no se puede escribir en veinte dialectos diferentes porque no nos entenderíamos. Además, si hubiera cuatro dialectos literarios se acabaría considerando cuatro pueblos diferentes, como pasa en Checoslovaquia con los checos y los eslovacos. Por lo tanto, por la misma unidad del País Vasco es necesaria una unificación literaria.
Otra cosa es el lenguaje hablado; en ese sentido, soy el primero en defender los dialectos, pienso que se deben continuar hablando; inclusive ser enseñados en la enseñanza primaria, para posteriormente enseñar el idioma literario.
EGIN.- ¿Podría explicar a grandes rasgos por qué proponía el labortano clásico como dialecto modelo para la unificación del euskara literario?
F.K.- Mira, yo soy partidario del euskara batua como lengua literaria a partir de la tradición que existe. En este sentido pienso que una lengua literaria se distingue porque son los escritores quienes la hacen. Y cuando un escritor tiene prestigio esa lengua se impone. Como ocurrió en Italia en el caso de Dante.
En este sentido, el labortano ha sido en el País Vasco la lengua literaria durante tres siglos, antes de que se empezase a escribir en vizcaíno o guipuzcoano. Empezó con Leizarraga, siguió con Axular, Etxeberry, etc…
Pero como resultó que Leizarraga era protestante, empezaron a atacarla por todas partes, escribiéndose después en diferentes dialectos, olvidándose la gente de que existía una tradición literaria anterior.
Además, hablando en labortano te entiendes muy bien con cualquier persona, hable el dialecto que hable.
«La lengua literaria empezó con Leizarraga... como resultó que era protestante empezaron a atacarla (...) olvidándose la gente de que existía una tradición literaria anterior»
Ahora, no por eso estoy en contra de la Academia. Esta lengua que está aprobando la Academia me parece muy bien para cosas como el periodismo o así, pero no es una lengua literaria, sino le llamaría una lengua standard.
EGIN.- ¿En el exilio ha hecho algún tipo de trabajo lingüístico?
F.K.- Escribí una cosa sobre el verbo, que no fue publicada y que se trataba justamente de un trabajo sobre la unificación literaria y que recibió un premio. No sé por qué razones no fue editado, supongo que una de ellas, era para que no apareciera antes mi trabajo que el de la Academia. Razones muy poco filológicas y sí un tanto fascistas.
Hice un trabajo sobre el guanche y el euskara, que lo voy a publicar hacia finales de año en Txertoa. Libro, al que le pondré el nombre de 'Garaldea', con subtítulo que dirá algo así como: «El euskara y la cultura preindoeuropea».
En el libro, además del trabajo sobre el euskara y el guanche, hay una comparación de toda la serie de nombres vascoides que se encuentran al Norte de Italia, lo que demuestra que ha existido una población que hablaba una lengua vascoide en todo el área de Europa occidental, tal como voy a explicarlo a través de ese libro.
EGIN.- ¿En qué está trabajando actualmente?
F.K.- Hace tiempo ya que empecé a escribir una novela, que consiste en una especie de novela grande al estilo de 'Guerra y paz' de Tolstoi.
Hasta ahora llevo escritas unas tres mil hojas, unos siete tomos escritos de los doce que en principio pensé tendría esta obra. Ahora estoy preparando el octavo. Aunque en la práctica, a lo mejor reduzco dos a un tomo. De hecho, lo que tengo escrito es la penúltima pasada.
Quiero contribuir con esta obra al euskara unificado. Mi interés al hacer esta obra es contribuir al euskara unificado, hacer en ese sentido algo que valiera la pena. Si alguien me lo publica aquí, entonces seguramente lo publicaría en euskara con una traducción al castellano o al inglés.
EGIN.- ¿De qué trata la novela? ¿Trata usted de reflejar en él los últimos años de vida en Euskadi?
F.K.- Bueno, toda obra es en parte experiencia propia y cosas inventadas. En la obra en general, a través de un mismo personaje que se desdobla en varios, intento dar una visión, diríamos cósmica, de la lucha vasca. En ella se habla de escoceses, de venecianos, todos en busca de su origen preindoeuropeo. Hay algunos pasajes en los que explico la V Asamblea de ETA, se toca algo el Consejo de Burgos, pero sin que ello suponga la base del román; simplemente se entremezclan pasajes de la lucha vasca con fantasías.
EGIN.- ¿Por qué está escribiendo ahora una obra literaria de esta envergadura cuando parece que usted ha sido siempre más conocido como personaje político?
F.K.- Es que yo en realidad no soy político. Yo empecé estando en la Academia, y si me metí en política fue porque no había otra salida, porque en aquel momento era necesario hacer eso, para que la lengua vasca superviviera.
«Cuando publiqué el 'Vasconia' yo no era de ETA. El que en realidad unió el 'Vasconia' a ETA fue Fraga Iribarne, que dijo que ese era el libro de ETA»
A mí no me gusta hacer política, pero no me quedó otro remedio y, claro, en eso se me ha conocido.
EGIN.- Bien, de acuerdo, ¿pero usted es conocido como ETA, por la publicación del 'Vasconia' y por su participación en la V Asamblea, donde fue elegido miembro del Biltzar Ttipia?
F.K.- Sí es verdad, pero yo no he estado mucho en ETA. Cuando publiqué el 'Vasconia' yo no era de ETA. El que en realidad unió el 'Vasconia' a ETA fue Fraga Iribarne, que dijo que ese era el libro de ETA. Entonces la gente se lo creyó y se convirtió en el libro de inspiración de ETA.
'Vasconia' era un planteamiento de la cuestión vasca de una forma nueva hasta entonces: como había que sacar el carro que estaba metido en el fango, había que emplear un poco de violencia verbal. Pero las mismas cosas que se decían en él se podían haber tratado más simplemente, como hace Clausewitz, por ejemplo.
Ya te digo, yo en ETA he estado poco tiempo, tuve influencia a través de 'Vasconia', luego intervine en la segunda parte de la V Asamblea, y luego intervine, cuando el Proceso de Burgos, para despachar a los infiltrados en el Comité Ejecutivo que querían desvirtuar la causa vasca.
EGIN.- Usted insiste en que no ha participado mucho en política, pero sin embargo, la gente conoce a Krutwig, a un teorizador de la lucha armada en el País Vasco.
F.K.- Bueno, yo lo único que he hecho es aplicar las teorías universales y estudiarlas, porque creo que, cuando hay que hacer una cosa así, es mejor saber con lo que estás jugando, porque si no, lo único que haces es causar bajas inútiles y muertes sin sentido.
«No es que el Pueblo Vasco escoja la violencia, sino que le obligan a ello»
Yo, en principio, soy enemigo de la violencia, ¡pero es que te obligan!
A mi me gustaría poder hablar con todo el mundo, discutir en una mesa, convencer al señor de enfrente y explicarle en qué consiste la causa vasca; pero lo que pasa es que el de enfrente no lo admite. Entonces no es que el Pueblo Vasco escoja la violencia, sino que le obligan a ello.
Ahora bien, escogido ya ese camino, había que saber de qué se trataba y así te evitas sacrificios inútiles.
Ahora pasa lo mismo, el Gobierno sabe que se trata de un problema político que no se puede resolver de otro modo, pero cuando lo tienen que poner en la práctica, resulta que son tan brutos, que como si no superan nada, y entonces se quieren imponer por la violencia; y de esta manera lo único que hacen es cavarse su propia tumba.
EGIN.- ¿Cómo ve en la actualidad la alternativa que plantea en 'Vasconia'?
F.K.- Bueno, la parte del 'Vasconia' dedicada a la violencia era mínima, 16 páginas dentro de un libro que constaba de 600.
Lo que hice en 'Vasconia' fue plantear el problema desde un punto de vista totalmente distinto del modo feudal, como lo había planteado hasta entonces el PNV.
Yo quería demostrar en 'Vasconia' cómo el Pueblo Vasco formaba parte de una etnia, y cómo desde ese punto de vista étnico son más vascos los gascones que hablan gascón, que es un idioma con influencia vasca, que el nacido en el País Vasco con veinte apellidos y que habla español o francés.
EGIN.- Más en concreto, ¿cómo ve usted los dos tipos de planteamiento político que hay en Euskadi en la actualidad, ,por una parte la política posibilista de participación en el Parlamento, etc… y por la otra, la extraparlamentaria?
F.K.- Yo no creo que en las condiciones actuales tenga mucho sentido la lucha parlamentaria, ojalá lo tuviera. Y es que es muy difícil que con un siete por cien que representa la población vasca frente a la mayoría española haya nada que hacer. Si los españoles aceptasen el derecho de autodeterminación de los vascos y se convencieran de que poco a poco vamos hacia una Europa unida, y que no merece la pena molestarse, pues no pasaría nada. Pero mientras España quiera seguir explotando a los vascos, mientras solamente acepte el derecho de autodeterminación como una cosa para las colonias africanas, mientras tanto este siete por ciento poco tiene que hacer en un Parlamento claramente hostil a los intereses vascos.
EGIN.- Y de la lucha extraparlamentaria, ¿qué dice?
F.K.- Mira, yo pienso que si alguien te quiere sodomizar y tú no quieres, tienes que demostrarle que no estás dispuesto a que te sodomicen. Entonces resulta curioso que en vez de llamar malo al que quiere sodomizar culpan al que no se deja.
EGIN.- ¿Quiere decir con esto que, aún a pesar de estar en un régimen casi democrático, ETA tendría razón de ser?
F.K.- Bueno, en principio creo que si no hubiera existido ETA, nada de lo que está pasando en el Estado español sucedería, estaríamos aún bajo el fascismo.
Si es que hasta el propio Suárez le tiene que agradecer a ETA el ser el presidente del Gobierno.
Para el País Vasco la existencia de ETA ha sido un hecho histórico que ha planteado el problema vasco en su realidad.
Mientras de alguna manera el problema vasco quiera ser ahogado por la fuerza, ETA tendrá razón de existir, porque son precisamente ellos quienes están dando razones a ETA.
Además, pienso que mientras la democracia de la mayoría española tenga derecho a eliminar a la minoría vasca, entonces se podría hablar de democracia en el Estado español, pero para la realidad vasca no tendrá ningún sentido.
BIHOTZA
Munduak gezurra diotsu, bihotza.
Gezur-ezurrra bere argi indartsuez.
Nigarretan miña iñork ere aditzen
Eztuela derakus .
Dadukazun miña ixillik nigar zazu,
Mundiak balekus handitu luke-ta
Nihork ere laguntzen ezteraukola
Nihori ezer ere ez.
Zure naigabea gorde zazu zutzat,
beti ixillik zagoz, ixillik, ixillik!
Kendu zazu begietatik nigarra,
Nihok ezpeza ikusi.