El artículo de Iñaki Altuna arrancaba con una frase que dijo Martxelo Otamendi, hasta el pasado año director de 'Berria', y de 'Euskaldunon Egunkaria' por aquel entonces, cuando denunció la tortura sufrida también por él mismo tras el cierre del periódico euskaldun: «Es que han torturado a Juan Mari Torrealdai, que es un prohombre en la cultura vasca, que es el bibliógrafo vasco por excelencia. Sería como torturar a Buero Vallejo en España, y en el País Vasco han torturado a nuestro Buero Vallejo».
En aquellos primeros días fue la voz de Martxelo Otamendi la que sirvió para amplificar la denuncia. «Habían torturado a un director de periódico, nada menos, y a otros de sus cargos más importantes. Habían torturado, como dijo Otamendi, a 'nuestro Buero Vallejo'».
Para Altuna, la denuncia dejaba de manifiesto una realidad terrible: «Si habían sido capaces de aquello, qué no se habían atrevido a hacer ya con personas mucho menos conocidas y con menor relevancia social. Qué no estarían dispuestos a hacer».
Torrealdai lo dijo de forma explícita en el simposio sobre 'Tortura, Memoria e Impunidad' organizado por la Facultad de Baiona en abril de 2015. En perfecto francés, explicó lo sucedido durante su detención. Lo hizo como no lo había hecho nunca hasta entonces, y explicó que su decisión de hacerlo tan pormenorizadamente se había visto favorecida por «el marco académico y el carácter internacional del foro». La carga del maltrato lo había ahogado, el tormento le comió por dentro.