El referéndum de Escocia fue un evento político de mayor nivel. Una consulta realizada con todas las garantías que culminaba dos años de sano debate de un país que eligió, de forma democrática, seguir formando parte del Reino Unido. GARA y NAIZ trataron de responder a la magnitud del evento con un importante despliegue.
El periodista de esta casa Aitor Agirrezabal estuvo un año en Edimburgo como corresponsal. A él, en los últimos días, se le sumaron en la capital escocesa el director de GARA, Iñaki Soto, el periodista Haritz Larrañaga y el fotógrafo de Foku Gorka Rubio. Con la cobertura ampliada desde las redacciones de Euskal Herria, repasamos algunos de los artículos publicados durante una jornada que duró más de 24 horas.
Aquel 18 de septiembre, que el entonces premier escocés Alex Salmond definió como «el primer día de una mejor Escocia», GARA presentaba un editorial clarificante: «La soberanía popular no es una catástrofe», rezaba. Asimismo, recogía una previa de Agirrezabal en la que se destacaba la lección dada por un país fuese cual fuese el resultado, mientras que Soto acercó la «vibrante calma» de las calles de Edimburgo y Glasgow, así como las claves de la consulta.
El resultado de la votación se conoció de madrugada, una noche que NAIZ siguió en directo a caballo entre la redacción de Bilbo y el Royal Highland Centre, a las afueras de Edimburgo, donde cientos de periodistas llegados de todo el mundo recibían en directo los resultados de las diferentes demarcaciones del país.
El hecho de que la victoria del «no» se conociese antes de que el lector pudiese comprar GARA del 19 de septiembre puede hacer pensar que lo escrito en aquellas páginas perdía sentido de forma instantánea. Sin embargo, tal y como escribía Soto, «ayer un pueblo entero se movilizó democráticamente para decidir su futuro, sus relaciones con sus vecinos, su modelo de país. Ayer los escoceses dieron una lección al mundo. Hoy lo seguirán haciendo, pase lo que pase».
Además, se completaba el dibujo de lo que fue aquella jornada histórica con la crónica de Agirrezabal desde el barrio obrero de Craigmillarl con dos votos primerizos que representan lo que supuso ese día para muchas generaciones, así como la opinión de varios votantes, también el de una joven vasca residente en la capital escocesa que pudo participar en la votación. «Me lo he tomado como una práctica para aplicarlo en el futuro en casa, en Euskal Herria», señalaba Nahikari Mendoza.
Lo que quedó reflejado es que, en palabras de Soto tirando de unas declaraciones del lehendakari Iñigo Urkullu, Escocia demostró ser «una nación diferente». Una idea que se reforzaba en el editorial: «Antes del recuento ya hay una vencedora».
Aquel día, además de los medios de comunicación vascos, numerosos ciudadanos de Euskal Herria se acercaron a Escocia y, en concreto, a Edimburgo. Ese año, atraídos por el proceso, se contaban por cientos los vascos que acudieron a Escocia a aprender el idioma o a trabajar. El 18 de septiembre se reunieron todos en el Old Town de la capital escocesa. Tal y como recogió Agirrezabal en una crónica, allí se encontraba, entre otros, Manu Etxarri, miembro de la plataforma Etxarri A13 que meses atrás organizó la consulta en Etxarri-Aranatz. «Hemos venido con dos objetivos. Hemos venido a dar nuestro apoyo, pero también a darnos a conocer».
Ya con el resultado en la mano, Ramón Sola firmaba desde la redacción de Donostia un análisis clarificante que miraba tanto al Reino Unido como al Estado español. «Perdedores que ganan, ganadores que pierden», señala el titular.
El despliegue se completaba con la crónica de «El día después». Haritz Larrañaga se despertó en un Edimburgo donde «como cualquier otro día del año, llovía y la gente sigue con su día a día». A una hora de tren se encuentra la segunda ciudad del país, Glasgow, en la que Larrañaga constató que «el referéndum ha terminado, la política no».