Miiles de personas han dejado pequeña la feria de muestras Irati de Biarritz en el acto organizado en apoyo a los exiliados vascos, que han aprovechado la ocasión para presentar un documento que muestra su compromiso con el proceso de soluciones al conflicto que padece Euskal Herria y dibujar su hoja de ruta de vuelta a casa.
El acto ha estado precedido por una reunión, celebrada en una sala del mencionado recinto y auspiciada por los organizadores del Foro Social para impulsar el proceso de paz, en la que los refugiados han explicado el documento a agentes sociales y representantes políticos.
Entre ellos, han estado la senadora Frédérique Espagnac y las dos únicas diputadas vascas a la Asamblea Nacional francesa, Sylviane Alaux y Collettre Capdevielle. Han estado presentes también representantes de diversas formaciones políticas y de varios sindicatos. Algunos, se han quedado al acto popular, al que ha asistido el alcalde de Biarritz, Didier Borotra.
Ya ante el público, el contenido de la aportación del colectivo ha sido expuesto al conjunto de asistentes de forma didáctica por dos refugiados, mientras un centenar permanecía en el escenario.
El acto ha estado cargado de emoción y simbología. La presencia de una silla vacía en recuerdo de aquellos que aún no están en Euskal Herria o la de un roble de cuatro metros, que espera ser replantado, han sido alguno de los guiños en una sucesión de vídeos –con imágenes históricas y con saludos también de exiliados y deportados que se encuentran a miles de kilómetros–, intervenciones, diversas actuaciones y música.
Ha destacado la carta del famoso escritor y también huido Joseba Sarrionandia, leída por el bertsolari Amets Arzallus.
Todo el acto ha tenido como hilo conductor la recreación de la huida de una joven, cuya voz ha expresado un cúmulo de sentimientos y vivencias sobre el exilio.
Con todo ello se ha hecho un recorrido de la historia y las circunstancias de este colectivo, con especial participación de los vecinos de Ipar Euskal Herria que en diferentes fases han dado cobijo y apoyo a sus hermanos del sur.
En el documento de los exiliados, titulado “Sorterritik sorterrira, lepoan hartu eta segi aurrera”, este colectivo resalta que su misma existencia es consecuencia del conflicto vasco, y que quiere ser sujeto para la resolución, al entender que «es hora de estructurarla y de la vuelta a casa» de todos los represaliados.
Los huidos entienden que la mayoría vasca, con la ayuda de importantes agentes internacionales, «está estructurando una dinámica innovadora» para dar una «respuesta democrática a la naturaleza y consecuencias del conflicto». Una dinámica a la que muestran su adhesión.
Con la vista puesta en una Euskal Herria sin presos ni refugiados, y en un momento en el que los parámetros del conflicto armado han variado por la decisión de ETA de poner fin definitivo a su actividad, los exiliados consideran que es hora también de desactivar o revisar las medidas y procesos juidiciales de excepción, y convertir la tortura o la deportación en cosas del pasado.
Muestran su disposición a compartir con el pueblo vasco y con las instituciones la tarea de preservar los derechos humanos y el derecho a una vida digna de todos los exiliados y exiliadas vascos, para poder atender a los enfermos, para evitar riesgos de exclusión y para favorecer la capacidad de movimiento en el camino hacia casa.
Este colectivo ha sido especialmente castigado por fenómenos como la guerra sucia, con ataques, desapariciones y muertes. Desde esa perspectiva, los exiliados muestran su disposición a participar de los relatos y de la reparación social que lleven a «la nueva sociedad democrática que queremos construir de forma compartida».