El Juzgado Central de Instrucción 5 de la Audiencia había emplazado hoy a las partes a asistir al volcado de la información de los dos ordenadores que el PP entregó al juez la semana pasada, uno de ellos marca Toshiba y otro Apple, para que se coteje con los archivos que entregó en mano al juez Pablo Ruz sobre la supuesta contabilidad B en la formación.

Al abrir el ordenador Toshiba, los expertos informáticos de la Ppolicía se han encontrado con que ni siquiera tenía disco duro en su interior, cosa que no ocurre con el otro dispositivo, que contenía 465 gigas de información que ya se han descargado.

En el escrito presentado por el PP, se explica que Bárcenas tuvo asignado el uso de estos dos ordenadores, y añade que desconoce si además usaba otro equipo «de su propiedad que se encuentre en la actualidad a su disposición».

El partido se justifica diciendo que, según un protocolo de la formación de reciclaje de material informático, cuando una persona deja de usar un equipo se formatea y, en el caso de que por su cargo hubiera manejado información sensible, se destruye.

Apunta que el disco duro del ordenador Apple fue sustituido por otro por el propio Luis Bárcenas en octubre de 2012, «por lo que el partido no ha tenido a su disposición el citado disco, sino el nuevo que el imputado instaló en octubre de 2012 y que ha sido destruido» para que lo usara otra persona. Ese ordenador puesto a disposición del juez por el PP sí tenía hoy un disco duro de 500 gigas de capacidad, cuya información se ha extraído.

En cuanto al ordenador marca Toshiba, el PP indica que, según declaró Bárcenas al juez, los archivos que entregó al juzgado con los papeles de la supuesta contabilidad B habían sido extraídos a un pendrive desde este ordenador, una información que el partido califica de «falsa» porque «este ordenador, por su antigüedad, carece de puerto USB alguno».

En el acta de clonado de los ordenadores dictada por el secretario judicial se expone que, efectivamente, el ordenador Toshiba no tenía disco duro porque había sido extraído, y que en el otro existen «signos evidentes en los tornillos de sujeción de que disco duro pudiera haber sido extraído o cambiado con anterioridad».

Javier Gómez de Liaño, abogado de Bárcenas, ha calificado de «sorpresa» el que los dos ordenadores que su defendido tenía en Génova no tuvieran disco duro o bien se hubiera reemplazado la memoria por otra.

En declaraciones a los periodistas a su salida de la Audiencia Nacional tras asistir al volcado, Gómez de Liaño ha asegurado que en la diligencia «ha habido alguna sorpresa» porque uno de los ordenadores «no tenía disco duro, había sido previamente extraído», mientras que otro «no tenía el disco original, sino otro disco cuya procedencia no se conoce muy bien. En todo caso, tengo que visitar al señor Bárcenas y le tendré que preguntar sobre estos pormenores, pero ha sido una diligencia, al menos para este letrado, y supongo también que para otros letrados, llamativa».