Unos 2.500 agentes participarán en el dispositivo de seguridad del partido de la final de la Copa, que enfrenta el domingo al Barcelona y al Sevilla en el estado del Vicente Calderón de Madrid, en el que no se podrán introducir banderas esteladas –enseñas catalanas independentistas–, con el argumento de que la Ley del Deporte prohíbe los símbolos no constitucionales.
La delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, ha declarado que «el deporte en general y el fútbol en particular no tienen que convertirse en escenarios de confrontación política».
El partido está declarado de «alto riesgo». Se recomienda acudir al campo con tiempo suficiente para poder pasar los dos anillos de seguridad establecidos por la Policía y la Federación Española de Fútbol. Para ello, las puertas del Vicente Calderón se abrirán tres horas y media antes del comienzo, previsto para las 21.30.