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El fiscal mantiene la petición de ocho años para Villadelprat al entender que «acabó» con Epsilon

La Fiscalía de Araba mantiene que el que fuera administrador único de Epsilon, Joan Villadelprat, «acabó» y convirtió en una «cáscara vacía» este proyecto automovilístico con la venta de su rama de competición, por lo que ha pedido para él 8 años de cárcel.

Joan Villadelprat, en una imagen de archivo. (Gari GARAIALDE / ARGAZKI PRESS)
Joan Villadelprat, en una imagen de archivo. (Gari GARAIALDE / ARGAZKI PRESS)

La Audiencia Provincial de Araba ha celebrado hoy la última sesión del juicio que desde el pasado lunes se sigue contra Joan Villadelprat y el director financiero de Epsilon, Mark Payne, por la venta en 2011 de la rama de competición a la escudería Epic Racing, creada por el segundo, después de que ambos fueran conocedores de la situación de insolvencia de este proyecto que aspiraba a competir en Fórmula Uno y que recibió más de 40 millones de euros en ayudas públicas.

El juicio ha quedado visto para sentencia en una sesión en la que la Fiscalía y las defensas de los acusados han presentado sus informes finales.

La representante del Ministerio Público ha mantenido su petición de 8 años de cárcel para ambos por la posible comisión de un delito societario y otro de insolvencia punible. Por su parte, las defensas han solicitado la absolución.

La fiscal ha expuesto que ha quedado acreditado que con esa venta, que se produjo cuando ya se había presentado el preconcurso de acreedores, se transfirió la única rama que tenía actividad y que suponía el 80% del activo patrimonial de Epsilon y su principal fuente de ingresos, por lo que se descapitalizó la empresa, lo que causó un perjuicio a los acreedores (Kutxa, Caja Vital, Gobierno de Lakua y Parque Tecnológico de Araba).

También ha insistido en que la venta «del corazón», de «la joya de la corona» de Epsilon, que se fijó en 200.000 euros, se hizo por un precio inferior al establecido en un informe pericial, que valoró los activos vendidos en 1.099.236 euros.

Asimismo ha afirmado que esa venta no contó con el aval del Gobierno de Lakua –entonces gobernaba el PSE–, porque no decir nada, como Villadelprat aseguró el lunes, no supone aprobar esa transacción.

«Utilizaron la técnica de hechos consumados», ha mantenido la fiscal, quien ha asegurado que Villadelprat abusó de su capacidad en perjuicio de sus acreedores y en «beneficio propio y de terceros», porque «vaciaron» Epsilon, abocaron al impago a los acreedores, y se hizo con «dolo».

Por su parte, la defensa ha pedido la absolución. Ha defendido que la operación de venta de la rama de competición fue «muy beneficiosa» para Epsilon porque suponía mantener los puestos de 23 trabajadores, ahorros económicos (como el pago de los despidos) por alrededor de 800.000 euros, y que a ella no se opusieron los acreedores.

Ha censurado además que en marzo de 2011 ningún banco ni Administración pública le dijo a su cliente que no llevara a cabo la venta.

«Si al señor Villadelprat le dicen que no lo haga, no lo hubiera hecho», ha resumido el letrado, quien ha recalcado que el procedimiento fue «cristalino», «no hubo mala fe» y, sin embargo, un año después se puso en cuestión esta operación por parte del Parque Tecnológico de Araba con un informe pericial sobre los activos que ha calificado de «montaje».

El abogado de Payne ha argumentado asimismo que la venta fue la mejor opción para salvar los puestos de los 23 trabajadores, y ha insistido en que Epsilon y Epic Racing no eran lo mismo.