Gotzon ARANBURU
URRETXU

Deporte adaptado

Pelotazos, sudor, gritos de ánimo, victorias y derrotas, y comida de hermandad para culminar la mañana deportiva. Lo habitual en cualquier campeonato local o partido entre cuadrillas, nada de especial. Sin embargo, los partidos que hemos visto en Urretxu sí tienen algo de noticiable, y es que los disputan chicos y chicas con minusvalías físicas o síquicas, practicantes de deporte adaptado.

Jornada de «pala adaptada» en el frontón Ederrena de Urretxu. (Gotzon ARANBURU)
Jornada de «pala adaptada» en el frontón Ederrena de Urretxu. (Gotzon ARANBURU)

Lo habitual no suele ser noticia. Y los deportes adaptados tampoco deberían serlo, pues son cientos los practicantes en Euskal Herria, pero es innegable que su visibilidad social y mediática es muy reducida todavía. La jornada que se ha celebrado en el frontón Ederrena de Urretxu es una buena oportunidad para acercarse a esta realidad, la realidad de unas personas que mejoran su salud mediante el deporte y al mismo tiempo avanzan hacia una mayor integración social.

Jurgi Olasagasti –de la Federación Guipuzcoana de Deportes Adaptados– es el encargado de organizarlo todo en la cancha. Provisto de un micrófono, Jurgi empieza por unos ejercicios de calentamiento, imprescindibles para romper a sudar y evitar lesiones. Después viene el txokatxe, en el que todos los jugadores participan al comienzo en el peloteo, pero van abandonando la cancha cuando pierden el tanto. Más tarde será el turno de los partidos a diez tantos, en todas las combinaciones posibles de jugadores estándar, en silla de ruedas, con deficiencia síquica… Se ve que Olasagasti tiene práctica y que los participantes disfrutan; todo marcha como la seda, con respeto a los turnos, bromas mutuas y derroche físico, compensado con un alto consumo de agua. Hacia el mediodía, un grupo de voluntarios locales ha instalado una mesa bien provista de pinchos, a la que el ir y venir es continuo.

«Pelota adaptada» se llama, y se nota en algunos detalles. Por ejemplo, desde la silla de ruedas la pelota se devuelve al segundo bote, pero eso no quita para que el esfuerzo a hacer sea enorme. Hay que impulsar las ruedas con mucha fuerza para moverse de un lado a otro de la cancha y tratar de alcanzar la pelota con la pala. Que se lo digan si no a Aritz Lasa y Xabi Erostarbe, exprofesional de mano el primero y profesional en activo el segundo, que se han acercado al Ederrena y tras disputar unos tantos a pie se han animado a probar en la silla de ruedas. A pesar de estar ambos en perfecta forma física, terminan agotados: «Esto es muy duro. Vaya paliza» coinciden.

Lorea Iribar, de Zarautz, apenas lleva unos meses jugando a pala, pero ya se ha enganchado al frontón. Sobre todo, porque ha hecho nuevos amigos, del mismo Zarautz, de Zumaia, de Getaria… En su pueblo son siete los practicantes de pelota adaptada, «un buen equipo», en sus propias palabras. Lorea también practica zumba, una hora por la mañana todos los sábados.

Beñat Lizaso pertenece al equipo de Usurbil y su recorrido en el deporte adaptado es mucho más prolongado, pues ya lleva siete años sacudiendo la pala. «Desde pequeño me ha gustado la pelota. Me explicaron cómo se juega en silla de ruedas, la forma de darle a la pelota, lo del segundo bote… y me animé. He jugado en varios pueblos de Gipuzkoa y también en Tarbes, donde cuentan con un equipo potente. También practico el ciclismo, y un poco el baloncesto, pero lo que más me llena es el frontón» señala en un descanso, tras hacer sudar lo suyo en la cancha a Xabi Erostarbe.

Dos federaciones de deporte adaptado

En Hego Euskal Herria existen dos federaciones de deporte adaptado, la que comprende a los jugadores de la CAV y la navarra. Por número de fichas, Gipuzkoa es el herrialde más fuerte –aproximadamente la mitad de las fichas de la CAV– seguido de Nafarroa. Ipar Euskal Herria está integrada en la Ligue Sport Adapté d’Aquitaine (LSAA), que comprende además del departamento de Pyrénées Atlantiques los de Dordogne, Gironde, Landes y Lot et Garonne, por lo que es difícil conocer cuántos de los 6.520 afiliados a la LSAA lo son en territorio vasco. En cualquier caso, varios clubes de Ipar Euskal Herria trabajan el deporte adaptado. Es el caso de Oldea (Kanbo), Sainte Elisabeth (Donapaleu), Les Pottoks (Baiona) y Hasparren Basket Club Zarean (Hazparne). Cuatro veces al año se imparten en Burdeos los cursillos de capacitación de monitor de deporte adaptado, practicado sobre todo en las modalidades de atletismo, baloncesto, judo, natación, petanca, esquí y tenis de mesa.

La Federación Navarra de Deportes Adaptados comenzó a funcionar en 1993 y en la actualidad se divide en seis áreas, en función de las características de los practicantes: discapacitados físicos, ciegos y deficientes visuales, sordos, paralíticos cerebrales, discapacitados intelectuales y personas con enfermedades mentales. Es en la capital y su comarca donde más presencia tiene el deporte paralímpico, que se practica, entre otros, en los polideportivos Azpilagaña, Arrosadia, Errotxapea, Etxabakoitz o Larrabide. Nafarroa destaca por el alto número de licencias –en la temporada 2015-2016 han sido 853, de ellas 290 femeninas y 563 masculinas– expedidas por la federación, que está recogiendo los frutos de un intenso trabajo de promoción. Spinning y tiro son algunos de los deportes más especializados ofertados en el herrialde, junto a los más extendidos, caso de natación, pelota o fútbol sala.

En el caso de la CAV son 26 los clubes adscritos a la Federación Vasca de Deporte Adaptado, 12 de ellos en Bizkaia –Saiatu, Javi Conde, Fekoor, Hamaika, Bilbao, Geinke, Uribe Costa de Getxo, Basauri, Geube, Aita Menni Bizkaia, Gorabide, Tenis Aisia–, 9 en Gipuzkoa –Dordoka, Konporta, Kemen, Bera Bera, IK Itxuak, Fortuna, Atzegi, Berdin Berdinak y Aita Menni Gipuzkoa– y 5 en Araba –Aspace, Zuzenak, Apdema, Itxaropena y Ciegos Alaveses–.

En cuanto al número de licencias federativas, de nuevo Bizkaia aporta el mayor número con 324, mientras que los deportistas guipuzcoanos son 257 y los alaveses 66. Es llamativa la gran diferencia que se registra entre hombres y mujeres, pues los primeros son 529, frente a 128 mujeres federadas. Sin embargo, en lo que respecta a jueces y árbitros la relación se iguala, con 12 mujeres y 11 hombres, todos de Gipuzkoa.

Ventajas

Jurgi Olasagasti subraya que las ventajas de la práctica deportiva son dobles para las personas con minusvalía. Por una parte, y como a todo el mundo, el ejercicio físico conlleva una mejora el funcionamiento cardíaco, los reflejos, la respiración, el tono muscular o la coordinación motora, pero en el caso de las personas con minusvalía ayuda –y mucho– a su integración social. «Las personas que nos denominamos ‘normales’ disponemos de múltiples vías para interactuar socialmente, pero en el caso de los minusválidos no es así, y precisamente el deporte constituye una de las mejores herramientas de integración. Especialmente, en el caso de las personas con minusvalía intelectual». Cabe señalar, en este sentido, que los deportistas con discapacidad intelectual federados en la CAV son 374, más de la mitad del total.

En el caso de los niños, la Federación impulsa la práctica de todo tipo de deportes, en la filosofía del Deporte Escolar, con especial incidencia en la natación. Posteriomente, los propios jóvenes eligen aquellos que más les apetezca practicar «y de entre estos algunos llegarán al deporte de competición o paralímpico, exactamente igual que ocurre con los deportistas convencionales» indica Olasagasti, que recurre a la conocida figura de la pirámide para ilustrar la situación. Cuanto más amplia es la base de la pirámide del deporte adaptado, más posibilidades habrá de que los practicantes asciendan a los escalores superiores, y así hasta llegar a la cúspide, esa a la que han accedido en los recientes Juegos de Río el bilbaino Asier del Río (plata en baloncesto en silla de ruedas), la navarra Izaskun Osés (bronce en los 1.500 metros) y el guipuzcoano Amador Granados (bronce en ciclismo de velocidad en pista por equipos).

De todas formas, aunque las medallas sepan a gloria, el verdadero objetivo del deporte adaptado es que el mayor número posible de personas con minusvalía disfrute con la práctica de un deporte. Fácil de decir, pero no tan sencillo de llevar a la práctica. Quedan aún muchas barreras mentales por derribar, queda camino todavía para desterrar términos y conceptos como «inválidos» o «impedido». Y tampoco pueden obviarse las dificultades prácticas. En su web, la Federación Vasca de Deporte Adaptado lo dice muy claro: «La FVDA pertenece, como una más, al grupo de federaciones deportivas de Euskadi. A pesar de esto, no se puede decir que sea una más. Se trata de la más atípica, complicada en su estructuración y costosa, por su formato multideporte, multidiscapacidad y por los costos añadidos que provoca su práctica deportiva».

Empezar por la escuela

Ciertamente, la actividad no se detiene en el deporte adaptado; a la misma hora que la pelota se practica en Urretxu, el polideportivo getxoztarra de Gobela es el escenario de la quinta edición del torneo de goalball organizado por la FVDA, con la participación del club guipuzcoano IK, ganador de la edición de 2015, el club bilbaino Hamaika, los madrileños de Goalball.es Madrid sur, Itxaropena de Araba y el equipo de Valencia.

Como en casi todos los órdenes de la vida, es fundamental empezar por la escuela, un ámbito en el que en muchos casos el deporte adaptado es todavía un desconocido. Jurgi Olasagasti indica que la situación está empezando a cambiar. Cada vez más colegios les invitan a explicar qué es el deporte adaptado, y desde la Federación lo hacen con gusto, pero no dejan de asombrarse al comprobar in situ que es la primera vez que se trata la cuestión en las aulas. «Conocer algo es el primer paso para probarlo. Eso pasa con nuestros deportes, que son bastante desconocidos. Pero una vez que dejan de ser invisibles, invariablemente le sigue su práctica», indica desde su experiencia en el día a día. 

Los partidos han terminado en el Ederrena. Es hora de recoger el material, reunirse con los familiares y acercarse al restaurante, donde una suculenta comida ayudará a recuperar fuerzas y pondrá punto final a la jornada. Al colocarse para la foto de grupo, un grito ha surgido espontáneo de entre los deportistas: «Gora gu ta gutarrak!» Pues eso, gora!