Eneko Etxeberria (hermano de «Naparra»), el abogado Iñigo Iruin y el forense Paco Etxeberria han comparecido en rueda de prensa para dar cuenta de «noticias muy relevantes» sobre la desaparición de José Miguel Etxeberria el 11 de junio de 1980. Así, han anunciado que el cuerpo de «Naparra» podría estar enterrado al norte de Mont-de-Marsan, en un lugar perfectamente identificado y acotado, y hablan de «razonables esperanzas» de encontrar los restos.
La ubicación ha sido facilitada al periodista Iñaki Errazkin por «una fuente confidencial» de nacionalidad española aunque residente en un país sudamericano y que «tuvo relación con las actividades del terrorismo de Estado o al menos con personas que lo practicaban». Iruin ha reconocido que la fuente en sí no genera una credibilidad constatable, pero sí son muy verosímiles los datos que ha aportado. Y es que la zona en la que ha detallado que estaría el cadáver, una zona de robles, ha sido encontrada «sin mayores dificultades», coincide con los datos que esa fuente ha dado «con precisión» pese a haber transcurrido 36 años y encaja además en las reivindicaciones hechas en su día (hasta cinco) por el Batallón Vasco-Español. Ese grupo, por cierto, atentó también en aquellas fechas contra la plaza de toros de Mont-de-Marsan.
Así las cosas, ayer viernes Iruin presentó una petición de reapertura del caso tanto en la Fiscalía como en el Juzgado de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional. Ha explicado que el fiscal-jefe comparte que hay elementos suficientes para reabrir la investigación, cerrada en el Estado español en 2004 y en el francés allá por 1982 (allí ya está prescrito el caso). Paco Etxeberria ha aportado un informe relativo al escenario, que ha sido inspeccionado aunque sin intervenir en él.
Se solicita en primer lugar la toma de declaración del periodista Errazkin para explicar todos los datos de que dispone, también la de Etxeberria en calidad de perito y, lo que es más importante, emitir una comisión rogatoria urgente a los tribunales franceses para que a través del juzgado de Mont-de-Marsan se lleven a cabo las labores pertinentes de búsqueda en la zona detallada. Iruin cree razonable pensar que en poco más de un mes se pueda conocer si los restos de «Naparra» están allá o no.
En nombre de la familia, Eneko, hermano de José Miguel, ha dado las gracias a todos quienes han acompañado ese tránsito de 36 años y ha subrayado que «no hay tortura peor» que una desaparición de este tipo. Se muestran expectantes pero prudentes: «No estamos más que al principio de lo que puede ser saber saber la verdad». La madre, Celes Álvarez, también ha estado en el acto. El padre, Patxiku, falleció hace ahora diez años.