«¿Quiere que Nueva Caledonia acceda a la plena soberanía y sea independiente?» es la pregunta que ha propuesto el primer ministro francés, Edouard Philippe, a las fuerzas políticas de la colonia francesa del Pacífico para el referéndum de independencia del próximo 4 de noviembre.
Esta formulación, que será sometida al dictamen del Consejo de Estado, «tiene un sentido político profundo» porque permite a las fuerzas políticas posicionarse, según el dirigente galo.
Los independentistas querían que se hiciera referencia a la «plena soberanía» y no a la independencia, mientras los grupos de derecha favorables a mantener los vínculos con el Hexágono se decantaban por que se planteara la disyuntiva entre «independencia» y «mantenimiento en Francia».
Philippe ha afirmado que en el trabajo para llegar a esa redacción, que estaba enmarcado por los conocidos como los Acuerdos de Numea, ha estado guiado por los principios de «claridad, sinceridad y lealtad».
El primer ministro ha explicado que de aquí a agosto se tendrá que establecer de forma precisa la lista electoral y que el Estado tiene intención de «garantizar la seguridad» en Nueva Caledonia.