
El presidente de la Corte Suprema de Brasil, Antonio Dias Tóffoli, anuló ayer la decisión cautelar que unas horas antes había dictado un juez de ese tribunal contra la prisión después de condena en segunda instancia, que podría haber llevado a excarcelar al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva y que fue inmediatamente recurrida por la Fiscalía General por considerar que podría causar «una grave lesión al orden y la seguridad».
El magistrado Marco Aurelio Mello dictó una cautelar, apoyada en un artículo de la Constitución según el cual una pena de prisión sólo se puede comenzar a ejecutar cuando se finalice todo el proceso de apelaciones y las sentencias sean confirmadas por tribunales superiores, lo que llevó al Partido de los Trabajadores (PT) a solicitó la inmediata puesta en libertad de Lula, en prisión desde abril tras ser condenado a 12 años por corrupción pasiva y lavado de dinero, a quien aún le restan dos apelaciones.
Esa orden cautelar podría haber beneficiado también a otros políticos presos por asuntos de corrupción y a unos 169.300 reclusos.
En su decisión, el magistrado Mello estableció como única excepción los casos de las personas que están en prisión preventiva, regulada por otro artículo.
La cautelar fue dictada a petición del Partido Comunista do Brasil, histórico aliado de Lula, el mismo día en que el Supremo inicia un receso hasta febrero.

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