Así lo ha indicado en una conferencia de prensa tras el entrenamiento en la que ha recordado que el conjunto granadino es el «menos goleado» de la categoría y que acudía al choque como líder de la categoría.

«Sabíamos que iba a ser difícil», ha remarcado para añadir que, a su juicio, los jugadores rojillos fueron «mejores» en la segunda parte del encuentro, algo que «hizo que el resultado se decantara» a su favor.

El mediapunta, en este sentido, ha precisado que este tipo de partidos «se alargan mucho» y que Osasuna supo «tener calma y no volverse loco por conseguir la victoria cuanto antes».

Asimismo, respecto a la ilusión que ha generado en la afición la actuación del equipo, ha indicado que, a los jugadores, les «gusta que la gente esté enchufada, que le guste lo que ve cada partido», eso es «vital» para ellos.
No obstante, ha advertido que el vestuario, en el momento actual, tiene que tener «mucha calma, los pies en el suelo y pensar que queda mucho por recorrer».

Así, ha insistido en que, en Segunda División, «hace mes y medio parecía que era imposible llegar a posiciones de promoción y ahora te ves cerca del ascenso directo».

Igualmente, ha señalado que el equipo ha dado «mucha importancia» al trabajo defensivo, y que este debe empezar «desde arriba». En esa línea ha aseverado que Osasuna ha «mejorado mucho» en ese aspecto, y ahora conceden «menos», cometen «menos errores» y eso hace que tengan más posibilidades de ganar.

Sobre los dos próximos choques lejos de El Sadar, el primero contra el Sporting de Gijón y el segundo frente al Numancia, ha señalado que son «dos campos difíciles», con equipos fuertes en sus respectivos estadios, y que acuden con «la máxima ambición».

En concreto, sobre el próximo rival, ha explicado que viene de «cambiar muchos jugadores» y que en su estadio, El Molinón, es un equipo que «siempre se crece y ante su afición da un plus más», por lo que ha augurado un partido «muy complicado».

No obstante, ha apostado por que Osasuna acuda «con la máxima ambición a plantarles cara».

En la faceta personal, Rubén García, que compitió en el Sporting, ha indicado que el pasado año estuvo «súper cómodo, muy contento, me trataron genial» y que en la ciudad tiene «amigos» y conserva «recuerdos buenos».

El valenciano, máximo asistente de la liga y que lleva anotados cuatro goles, ha indicado que, en el momento actual, se siente con «mucha confianza y libre en el campo» y que la ovación que recibió ayer de la afición rojilla es «el mejor agradecimiento que puede recibir un futbolista, más allá de meter gol».