Más de 3.500 firmas figuran ya sobre el manifiesto al que han dado su apoyo los compañeros del joven migrante y también sus profesores. Se puede firmar vía internet. Acogido en la capital labortana desde que fuera puesto en libertad tras su detención por la Policía en Baiona, hace año y medio, Moriba Koivogui forma parte de la comunidad educativa de un centro, el liceo René Cassin, que toma prestado su nombre al padre de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Y es que, desde que el Tribunal administrativo de Pau decidiera, en apelación, rechazar el recurso presentado por la defensa de este menor de origen guineano, la suerte de Moriba, que debió recorrer un camino de por sí difícil hasta recalar en Lapurdi, pende de un hilo.
El movimiento Bizi! anunciaba nada más conocer de esa decisión judicial la presentación de un recurso en casación. Sin embargo, por ley, un proceso en esa instancia no paraliza la ejecución de la decisión judicial. Por lo tanto, la expulsión de un joven que hace vida perfectamente normal en la capital labortana puede producirse en cualquier momento.
El caso alcanza tintes escandalosos si se tiene en cuenta que a su defensa se han ocultado informes o que el juez se ha negado a incorporar a la causa una documentación oficial, la relativa a las actas de fallecimiento de los dos progenitores que, si bien es cierto llegó ya concluido el proceso, aportaba una información fundamental cara a dirimir el debate judicial sobre la edad del joven.
Una actitud si cabe más incomprensible si se tiene en cuenta que hasta el propio servicio que, por encargo del Departamento (institución competente en materia de menores extranjeros) realizó la controvertida prueba de medición de huesos, no aportó un informe concluyente sobre la edad.
Para denunciar esa situación, activistas de Bizi! realizaron una ocupación de la sede del servicio Isard Cos, que se ocupa de esas evaluaciones en casos de menores.
En esta situación, junto a la muestra de solidaridad de los alumnos del René Cassin, cuyo llamamiento sigue sumando apoyos, se ha puesto también en marcha una cuestación en línea para apoyar al joven en esta batalla de justicia.
El objetivo, lograr en un mes 6.000 euros, que permitan costear la asistencia jurídica y al mismo tiempo aportar ayuda material a Moriba Koivogui para que, si así lo decide, este alumno del René Cassin pueda seguir construyendo su proyecto de vida en Euskal Herria.