En este caso no se trata de un manifiesto, suscrito en su mayoría por senadores de la izquierda gala, si no de una incursión presencial de un primer espada de la política hexagonal en la llamada «cuestión catalana».
Aunque atribuir el liderazgo de la izquierda gala a Benoît Hamon podría equivaler a un «poison d'avril» -hoy es el equivalente al 28 de diciembre en tierras francesas- ya que sólo a las elecciones europeas concurren seis listas diferentes en representación de ese espectro político, la visita anunciada la semana pasada y publicitada ayer a través de su propia cuenta de twitter adquiere, sin duda, una significación especial.
No es que sea tampoco el primer representante de la izquierda gala en visitar a presos políticos. El eurodiputado ecologista José Bové ya acudió a la prisión de Lledoners, y hasta solicitó ejercer de observador en el juicio contra los líderes políticos y de organizaciones civiles catalanas.
Sin embargo, esta vez se trata de un representante político que fue candidato al Elíseo por la formación hermana del PSOE, lo que pone al presidente español Pedro Sánchez, en una posición ciertamente incómoda.
La visita, por lo demás, revela, una vez más, que la campaña emprendida por la diplomacia española para «compensar pérdidas» por el proceso abierto en el TS y más en general por la represión del 1-O, acumula ya algunos fracasos.
Tras la espantada del titular de Exteriores, Josep Borrell, en una entrevista con la televisión alemana, parece que los argumentos desgranados por Irene Lozano, secretaria de Estado y encargada de España Global, en las columnas de ‘Le Monde’, tampoco han surtido mejor efecto.
En ese artículo, Lozano advertía de que «la desinformación orquestada por los separatistas catalanes es una amenaza para la democracia española».
La columna, destinada a dar réplica a la iniciativa de los 41 senadores franceses, no ha hecho destistir a otro representante político de acudir a informarse sobre lo que ocurre a los políticos presos recurriendo directamente a la fuente.
Tampoco las restricciones impuestas por la JEC en materia de nomenclatura parecen gozar de demasiada comprensión más allá de los Pirineos. De hecho Hamon se dirige a los representantes políticos catalanes juzgados actualmente en el Tribunal Supremo en esos términos, como se puede leer en su mensaje en twitter.
Je serai demain auprès des élus prisonniers politiques catalans. Peu importe que l'on partage ou pas leur combat pour l'indépendance ; qui peut sérieusement penser que l'issue à ce conflit en Europe n'est pas d'abord politique ? #VivelEuropeLibre
— Benoît Hamon (@benoithamon) 31 de marzo de 2019
https://t.co/2gt1Kh4pwu
«Mañana estaré al lado de los presos políticos catalanes. Poco importa que se comparta o no su lucha pro la independencia: quien puede defender seriamente que la salida a este conflicto político no será ante todo política».
Vive l'Europe Libre!
El fundador de Générations explica en esos términos su presencia hoy en el locutorio de visitas de la cárcel madrileña de Soto del Real. Y concluye su mensaje con una expresión que, una vez más, tiene un calado especial: «Vive l'Europe Libre» exclama Hamon.
Un viva a la libertad de expresión política en toda regla, que pone de manifiesto que el marco europeo el proceso europeo se liga a la democracia, o mejor dicho, a la falta de ella. En todo caso ese grito a la libertad de Catalunya, ya en clave hexagonal, tiene un eco propio, ya que remite a aquel «Vive le Québec Libre» que coreara el general De Gaulle un lejano 24 de julio de 1967.