Naiz
Donostia

El Gobierno español reconoce que Begoña Urroz fue víctima del DRIL, y no de ETA

Un informe del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo titulado «Muerte en Amara. La violencia del DRIL a la luz de Begoña Urroz» asume que la bomba que mató a esta niña en junio de 1960 en Donostia no fue colocada por la organización armada vasca.

El informe ha sido presentado este martes en el Koldo Mitxelena. (@DenisItxaso)
El informe ha sido presentado este martes en el Koldo Mitxelena. (@DenisItxaso)

El informe «Muerte en Amara. La violencia del DRIL a la luz de Begoña Urroz», elaborado por el historiador Gaizka Fernández Soldevilla y el documentalista Manuel Aguilar, esclarece que la niña de 20 meses Begoña Urroz, fallecida como consecuencia de la explosión de una bomba en la estación de Amara en Donostia el 27 de junio de 1960, es víctima del Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL) y no de ETA.

Este estudio ha sido impulsado por el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, con sede en Gasteiz y adscrito el Ministerio español de Interior. Se rompe así una tesis defendida durante casi las dos últimas décadas y que aseguraba que la niña Begoña Urroz era la primera víctima de ETA, y no el guardia civil José Pardines, ocho años más tarde.

En contra de la tesis ‘oficial’, el historiador Iñaki Egaña ha venido explicando en repetidas ocasiones en GARA y NAIZ durante los últimos años que el atentado de la estación de Amara fue obra del DRIL. También reveló que la Policía franquista estuvo infiltrada en el DRIL. Hace seis años, el periodista Xavier Montanya obtuvo nuevos datos que confirmaban esta historia. Mientras, el Gobierno español llegó incluso a elevar su versión, ahora reconocida como falsa, hasta la ONU.
 
El informe presentado hoy, cuya investigación se ha prolongado durante más de dos años, ha sido presentada en Donostia por el diputado foral de Cultura en funciones, Denis Itxaso, el concejal donostiarra Juan Ramón Viles, el director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez, y los autores del documento.

Itxaso ha señalado que finalmente «las cosas se han aclarado» y ha considerado «imprescindibles» este tipo de trabajos. Viles ha aplaudido este trabajo y ha subrayado que para construir el futuro es necesario que «reconozcamos el pasado». Domínguez ha incidido en que «hemos querido aportar nuestro granito de arena en el esclarecimiento de la verdad».

La «principal conclusión» de la investigación, según Gaizka Fernández Soldevilla, es que la bomba del 27 de junio en la estación de Amara  fue obra del Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL), fruto de la fusión a principios de 1960 de la Unión de Combatientes Españoles y el grupo portugués Movimiento Nacional Independiente, que buscaba «el derrocamiento de las dos dictaduras ibéricas, la de Franco en España y la de Salazar en Portugal, y la instauración de sendas repúblicas, que podrían federarse entre sí, por medio de la violencia». Ha añadido que el DRIL fue una organización «efímera» y «muy pequeña», que desapareció cuatro años después.

«Falta de conocimiento y casualidad»

Preguntados los autores sobre el hecho de que durante años se haya responsabilizado a ETA, Fernández Soldevilla ha explicado que, a su juicio, se ha dado «una conjunción de falta de conocimiento y la casualidad de que la bomba estallara en San Sebastián», lo que hacía «factible» que pudiera ser ETA.

Por su parte Aguilar ha recordado que en el año 2000 el exministro del PSOE Ernest Lluch –quien posteriormente sí murió en un atentado de ETA– publicó dos artículos en prensa en los que afirmaba que Urroz era la primera víctima de la organización armada vasca.

Ha subrayado que a él no le cuadró la afirmación de Lluch ya que en 1960 «ETA no tenía capacidad operativa para llevar a cabo una oleada de bombas de este calibre en distintas ciudades de España».