El BOE admite las visitas de los familiares en las residencias de las comunidades autonómicas que estén en la fase 2 de la desescalada, como es el caso la CAV y Nafarroa, apostillando que estas visitas «se realizarán preferentemente en supuestos excepcionales, tales como el final de la vida o el alivio de descompensación neurocognitiva del residente». A pesar de ello, el titular de Sanidad, Salvador Illa, anunció que el control de las residencias de mayores está «bajo la responsabilidad de las comunidades autónomas».
En Nafarroa no han añadido matices a la orden del Estado español y mantiene la suspensión de las visitas en residencias, salvo circunstancias excepcionales. Lakua, por su parte, ha dejado en manos de las diputaciones fijar las condiciones para estos encuentros.
NAIZ se ha puesto en contacto con personas que tienen a algún familiar en las residencias de la CAV y con trabajadoras de estos centros y según sus testimonios, ni todos los centros van a actuar igual con las visitas familiares, ni disponen de la información que cada diputación debería facilitarles.
Gipuzkoa
Una trabajadora de la residencia Argixao, de Zumarraga, nos cuenta durante la fase 2 (hasta el 8 de junio) no permitirán la entrada al centro de los familiares en las residencias de Gipuzkoa a cargo de la diputación, y a partir de hoy, con la entrada a la nueva fase, solamente se podrán acercar a las inmediaciones de la residencia, limitándose al contacto visual.
A partir del 8 de junio, si Gipuzkoa entra en la fase 3, se permitirá una visita por semana, siempre a un único familiar, con las medidas de seguridad necesarias, manteniendo la distancia física y sin acceder a los módulos del centro.
Araba
La Diputación Foral de Araba ha concretado que, «en la medida en que los centros que estén preparados para ello», se permitirán las visitas en residencias a las personas mayores que presentan demencias y cuya situación cognitiva les impida comprender la situación o utilizar el teléfono o las videollamadas para contactar con sus allegados.
Así, se permiten a partir de este lunes las visitas cuando los mayores sufran de problemas psicoemocionales y los equipos profesionales de los centros consideren que su bienestar puede mejorar si se evita el aislamiento social. En estos supuestos, las visitas se realizarán con cita previa, y siempre que el allegado o familiar no tenga síntomas de la enfermedad.
En el resto de los casos, una familiar nos cuenta que en la residencia Alday, de Arespalditza, retrasarán las visitas presenciales al 8 de junio. Exigen que el visitante siempre sea la misma persona, y los encuentros tendrán una duración de 30 minutos. Las visitas se harán en una sala concreta del centro, manteniendo la distancia física y con el equipo de protección que les dará el personal de la residencia.
Sin embargo, aclara que estas son las medidas previstas, pero que pueden variar de un día para otro.
En cuanto a las residencias y viviendas para personas con discapacidad, la Diputación ha afirmado que se permitirán las visitas en estos centros, aunque con condiciones «muy estrictas» y en aquellas viviendas o centros en los que se den las condiciones necesarias para garantizar las medidas de seguridad. También se han retomado las salidas de usuarios de forma individual.
Por otra parte, con el inicio hoy de la fase dos de la desescalada, está previsto que se retome la dinámica normalizada de nuevos ingresos, siempre con un aislamiento de inicio preventivo de 14 días.
Bizkaia
En Bizkaia no lo tienen tan claro. Una persona que tiene a su madre en una de las residencias a cargo de la Diputación Foral de Bizkaia, relata que el centro no tiene claro cuándo empezarán con las visitas, «igual» la semana que viene o la próxima, seguramente con cita previa, una vez por semana, y sin aclarar si a todas las visitas tiene que acudir la misma persona o puede variar. Desde la residencia le dicen que ellos tampoco disponen de información, y que «muchas veces se enteran de las cosas por los periódicos».
Siguiendo las pautas del BOPV, corresponde a la Diputación de Bizkaia fijar las condiciones para las visitas, aunque parece ser que no han remitido información clara a los centros del herrialde.
En este sentido, añade que le consta que algunos familiares se han plantado en las puertas de la residencia, enfadados por la situación.