Inversamente a la obligación clasificatoria, ha sido Osasuna quien ha salido más enchufado a Ipurua, sacando premio de la primera ocasión con peligro de que ha dispuesto. Una colada de Arnaiz entre los centrales tras recibir un envío largo ha provocado una falta en la media luna que ha materializado con maestría Rubén García, en su primera demostración de que tiene un guante en su pie izquierdo.
El Eibar ha intentado reaccionar al golpe, buscando las bandas y bombardeando con centros el área rojilla, pero su mejor oportunidad ha llegado de un error grave de la zaga navarra que, si hubiera tenido la correcta aplicación arbitral, bien podría haber cambiado el signo del choque.
Apretado por la presión armera, David García ha realizado una mala cesión a Sergio Herrera, de la que se ha aprovechado un veloz Pedro León, que ha sorteado al guardameta de Miranda, el cual le ha tocado en su salida desesperada y ha trastabillado lo suficiente al murciano como para que luego no pudiese encontrar los tres palos a puerta vacía.
Los anfitriones han protestado la acción, pues hubiese supuesto la expulsión de Herrera, pero Munuera Montero ha considerado que el contacto no ha sido suficientemente importante como para anular la ley de la ventaja, pitar falta fuera del área y enseñarle la roja al cancerbero osasunista.
Conforme han ido pasando los minutos, se han ido acentuando las tendencias. El Eibar ha buscado llevar la iniciativa, mientras los visitantes se han centrado en esperar y salir rápido, ambas escuadras vascas abusando de los balones largos, lo que ha acarreado un sinfín de imprecisiones en la circulación del esférico.
Rondando la media hora de juego, Arnaiz ha dispuesto de dos lances para ampliar la ventaja rojilla con un zurdazo fuera y un remate de cabeza blandito, intercalándose entre medio una ocasión de Oliveira dentro del área, al disparar con mucha intención, pero encontrándose en su camino con las piernas de su compañero Kike García.
El dominio ha seguido siendo armero, pero el peligro lo han puesto los de Jagoba Arrasate. Enric Gallego, que ha visto la quinta amarilla, no ha llegado por muy poco con la testa a un buen centro de Lato, mientras que ya en el descuento de la primera parte, una volea de Nacho Vidal pegada al poste ha sido desviada por un bien colocado Dimitrovic.
Al regreso de vestuarios, las tornas no han variado en exceso. Los pupilos de José Luis Mendilibar, obligados por el resultado, han insistido en disponer de la posesión, aunque con escaso provecho, mientras Osasuna ha seguido saliendo rápido y con criterio en sus contragolpes.
A la vista del transcurso del derbi, el técnico de Zaldibar ha optado por mover el banquillo, metiendo pulmón en la medular con Diop y gasolina en ataque con Sergi Enrich. Arrasate, por su parte, se ha visto obligado a relevar a Sergi Enrich, aquejado de unas molestias musculares.
En primera instancia, las variaciones no han causado efecto alguno, pero, a falta de un cuarto de hora para la conclusión, ha llegado el momento clave del encuentro. Kike García ha tenido en su cabeza la ocasión inmejorable para el empate, pero su testarazo a quemarropa se ha encontrado con los pies de Herrera que, de manera milagrosa, ha sacado el cuero.
A renglón seguido, Osasuna ha respondido con bastante más eficacia. Otra de sus múltiples salidas con metódica precisión ha tenido como protagonistas a un Roberto Torres que ha ejecutado un gran cambio de juego, un Marc Cardona que ha prolongado la contra con una asistencia para un Rubén García que, llegando muy rápido de atrás, ha superado la salida de Dimitrovic y firmado su segunda diana de la tarde.
El 0-2 ha sentenciado el envite del lado de los rojillos quienes, con la disputa de este último derbi vasco, se cuelan en la final de la cuarta edición de la Euskal Herriko Txapela, en la que se medirán a la Real.