Breve ruptura del aislamiento en el despacho para lanzar desde el patio de Matignon, y a seis metros de distancia de los periodistas gráficos, un mensaje más propio de un profesor de vieja escuela –«último aviso antes del castigo»– que del jefe de gobierno de un Estado que ayer batió todas las cifras de contagio por covid-19: 9.844 casos confirmados en un solo día.
Jean Castex, contacto directo de un positivo por haber compartido coche con el director del Tour de France, está en confinamiento, pese a lo que ha asumido la responsabilidad de comunicar las decisiones adoptadas en la reunión del consejo de defensa, en el que ha participado por videoconferencia.
Tono grave para advertir del «riesgo real» que vive el Estado francés, pero para perserverar en la estrategia de «luchar contra el virus sin renunciar a la vida social normal» con alusión expresa a la vuelta a la actividad económica y el retorno a las aulas. Descartaba así de salida un nuevo confinamiento general.
A partir de ahí pocos anuncios relevantes. Y muchos viejos consejos de persistir en las medidas de prevención y llamamientos a la responsabilidad individual y colectiva.
El Gobierno de Emmanuel Macron tiene una dificultad evidente para abordar «medidas drásticas» que, según los sondeos, no contarían con el respaldo de la población.
De hecho, el anuncio principal que ha trasladado Castex va en una línea de un relajamiento del aislamiento.
El Gobierno francés, siguiendo el informe del Consejo Científico, asume una rebaja en la duración de la cuarentena: pasará de los actuales 14 días a 7 días.
Una medida que se considera «más asumible» por esa instancia consultativa que esta semana sorprendía con un informe en el que deja constar el fracaso de esa medida de 14 días ya que «la ciudadanía no respeta la cuarentena».
Prioridad a sintomáticos en los test PCR
El Gobierno plantea también un nuevo marco para gestionar la realización de test, a la vista del pésimo funcionamiento del sistema actual que ha provocado un colapso en los laboratorios, ya que reciben pruebas de personas que no presentan síntomas mientras que pacientes que pasan por el médico con indicios más claros de sufrir la enfermedad quedan en espera y no reciben resultados antes de tres o cuatro días.
Médicos de asistencia primaria de Ipar Euskal Herria han lanzado un llamamiento para pedir que se racionalice el sistema de testado, solicitando que se priorice el acceso a los test con prescripción médica, al menos hasta que salgan al mercado test alternativos a la prueba PCR.
Además Castex ha anunciado que se reclutará a 2.000 personas para mejorar el servicio de rastreadores, con vistas a mejorar la localización de los contactos.
El mapa sanitario: 42 departamentos en rojo
El mapa sanitario cambio con 42 departamentos del centenar existente en el Hexágono que pasan a color rojo por el riesgo elevado derivado de la alta circulación el virus.
Entre ellos, según lo señalado esta mañana por la Agencia Regional de Salud de Nueva Aquitania, se situará el departamento de Pirineos Atlánticos, que reúne a Ipar Euskal Herria y Bearne.
Burdeos, la capital de la región en la que se incluye a los territorios vascos, es junto a Marsella y Guadalupe señalada como metrópoli en situación de extrema vigilancia extrema.
Castex ha hecho un llamamiento a los responsables de los distintos territorios -alcaldes y prefectos- a adaptar las medidas más oportunas ante la «degradación grave» de la situación sanitaria.
Todo apunta a que corresponderá a esas instancias tomar decisiones que, por impopulares, no ha asumido un primer ministro aislado, tales como la extensión del uso de la máscara, la limitación de horarios de hostelería, la reducción de aforos o las limitaciones de uso de espacio público o de movimientos de personas.
Al poco de finalizar la intervención de Jean Castex, el prefecto de Pirineos Atlánticos, Eric Spitz, ha convocado ya a la prensa a una videoconferencía para mañana a las 11.00.