La audioconferencia organizada por el prefecto de Pirineos Atlánticos Eric Spitz y la directora de de la delegación departamental de la Agencia Regional de Salud, Maritxu Blanzaco, ha servido para actualizar los datos sobre la evolución de la situación epidémica en el departamento del que forman parte Zuberoa, Nafarroa Beherea y Lapurdi y también para adelantar las primeras medidas que se derivan del paso del Departamento de Pirineos Atlánticos a «zona roja», decidido ayer tarde por el Gobierno francés siguiendo las recomendaciones de la Agencia Regional de Salud (ARS) de Nueva Aquitania.
El último informe de la ARS de Nueva Aquitania, conocido al mediodía del viernes, es todo menos tranquilizador. Mientras en el mes de agosto el número de pacientes que requerían atención hospitalaria en la región, que incluye doce departamentos, entre ellos Pirineos Atlánticos, oscilaba entre 50 y 85 pacientes, esa tasa se ha doblado prácticamente entre el 31 de agosto y el 8 de setiembre, al haberse pasado de 85 a 147 hospitalizaciones debidas a la covid-19.
Aunque la estadística de la ARS no permite discriminar los casos cara a conocer la evolución real de la pandemia en Euskal Herria, el aumento de las tasas de positividad y de incidencia a escala departamental ofrece algunas pistas claras.
Entre el 1 y el 7 de setiembre se hicieron en el Departamento de Pirineos Atlánticos un total de 10.137 test PCR, de los cuales 391 resultaron positivos lo que sitúa la tasa de posibilidad en el departamento en el 3,9.
La tasa de incidencia escala al 57,2 sobre 100.000. La medición en vigor hasta ayer situaba esa tasa en el 51,1 por 100.000, lo que permite constatar el deterioro de la situación sanitaria.
Cifras de hospitalizaciones
Además de confirmar esos datos, Maritxu Blanzaco ha confirmado hoy que la situación es notablemente más grave en Euskal Herria que en la parte bearnesa del departamento. Así lo muestras las cifras de hospitalización que ha aportado.
En el departamento hay 10 personas hospitalizadas por covid-19 de las cuales 7 se encuentran ingresadas en Baiona. En la capital de Iparralde se encuentra ingresado el único enfermo en reanimación. La directora ha evitado dar detalles sobre esta persona, solo ha dicho que no procede de una residencia de ancianos.
También hay más cluster o rebrotes activos en Euskal Herria. Lo que alienta a reforzar la política de testado, corrigiendo de entrada la anomalía sobre plazos para realizar test y recibir resultados. Efectivamente, en la línea de lo apuntado ayer tarde por el primer ministro Jean Castex, se dará prioridad a la hora de ser testeadas a las personas que presenten síntomas y hayan pasado por consulta médica o a aquellos contactos en relación más directa con positivos de covid-19.
Cerradas otras dos escuelas en Baigorri y Donibane Lohizune
Siguiendo con los datos, de los 18 cluster abiertos en el departamento, en torno al 60% se situarían en Euskal Herria.
El prefecto Eric Spitz, que ha abogado en varias ocasiones durante la comparecencia por «compatibilizar el manteminiento de la vida social, económica y cultural con la lucha contra el virus» y hasta por «recuperar una vida normal, aunque sea llevando una máscara», ha remarcado que «unas tres cuartas partes de los casos se encuentran en la parte vasca del departamento, y concretamente en la costa».
Ha apelado a la responsabilidad individual y colectiva, y ha recordado a la ciudadanía que, si bien ni el primer ministro galo ayer ni él mismo hoy se inclinan por medidas más coercitivas, «ese es un último aviso, ya que no debemos permitir que se siga degradando la situación sanitaria».
El arranque del curso escolar ha deparado ya algunas decisiones a cargo de la ARS y la Prefectura cara al cierre de clases o incluso de centros escolares. Eric Spitz ha confirmado que a los cierres de escuelas conocidos ya en Larraine, Larresoro y Biriatu (también se ha cerrado la escuela maternal de Quai Chaho en Baiona) se suma el de la escuela de Baigorri. A primera hora de la tarde el Ayuntamiento de Donibane Lohizune confirmaba vía su pagina facebook el cierre de la escuela del centro de la localidad, sin ofrecer mayores detalles.
A modo de último aviso
El paso a «zona roja» confiere más poderes a la Prefectura. Y a expensas de que la nueva calificación aparezca en el boletín oficial, previsiblemente este mismo domingo, Spitz ha adelantado ya algunas medidas:
- Con el acuerdo de sus alcaldes, se extiende el uso de la máscara a los centros urbanos en Hendaia, Hiriburu, Angelu y Bokale. Esa medida sobre el uso obligatorio de la máscara ya regía en otras localidades del norte vasco. El uso de la mascarilla en lugares cerrados ya estaba en vigor desde el 1 de agosto. El prefecto de Pirineos Atlánticos extiende ahora la obligatoriedad a las citadas tres localidades y en general exige también su uso en los accesos a recintos deportivos, centros educativos superiores o mercados, recordando que no respetar la norma implica una sanción de 135 de euros.
- Las sanciones a los locales de hostelería se agilizarán, pasando el plazo entre el apercibimieno y la entrada en vigor de la sanción de 7 a un solo día. Actualmente hay 55 dosieres en tramitación. 22 son advertencias y 7 implicarían cierre. El mayor número de sanciones (44) corresponden a Euskal Herria, «y en un 90% a locales de la costa vasca».
- Se reforzará el control para evitar brotes con origen en eventos deportivos (Spitz se ha referido al «tercer tiempo del rugby») y por ello se ordena el cierre de txosnas y se pide a los club no profesionales que opten por clausurar los vestuarios si no son capaces de respetar las normas sanitarias. «Si ellos no lo hacen, yo cerraré esos vestuarios», ha aclarado Spitz. El paso a «zona roja» implica, de hecho, que vuelva a regir el aforo máximo de 5.000 espectadores, sin que puedan acordarse derogaciones como la atribuidas esta misma semana por la Prefectura de Pirineos Atlánticos, sin ir más lejos al Aviron de Baiona.
- El prefecto ha apelado a suspender actos previstos con motivo de las jornadas del patrimonio cuando no sea posible respetar el protocolo sanitario.
- Eric Spitz descarta, a esta fecha, confinamienos o restricciones a la libertad de movimiento. No excluye, sin embargo, prohibir «determinadas manifestaciones y usos del espacio público» al amparo de los atributos que le confiere la nueva situación, aunque en la comparecencia de hoy ha abogado por medidas más bien prudentes, a modo de último aviso, que permitan, según ha destacado, «preservar el delicado equilibrio entre libertad y seguridad».