Iñaki Egaña ha publicado con la editorial Txertoa ‘El proceso de Burgos. 50 años después’ con un objetivo divulgativo para que quienes no vivieron esa época puedan conocer qué supuso este acontecimiento, que ha definido como «uno de los más importantes en los ámbitos politico y social en la Euskal Herria del siglo XX». Asismimo, también busca que quienes sí vivieron el juicio puedan recordarlo e, incluso, conocer aspectos que hasta ahora no habían salido a la luz.
Egaña, que ha comparecido telemáticamente junto al editor de Txertoa Martin Anso, ha recordado que en el proceso de Burgos fueron enjuiciadas trece hombres, de los que dos eran sacerdotes, y tres mujeres. El tribunal militar condenó a seis de ellos a pena de muerte, siendo posteriormente indultados.
El autor ha destacado que la sociedad vasca actual y la de hace 50 años son muy distintas, en cuestiones como el aumento de la esperanza de vida, la utilización del euskara en diferentes ámbitos o la existencia de libertades civiles, no exentas de amenazas. «Por ello, en ocasiones, desde el punto de vista actual, es difícil compreder qué supuso una dictadura como aquella», ha destacado.
Necesidad de divulgar
En este punto entronca la necesidad del aspecto divulgativo de la obra. Ha destacado que en su momento no se pudo dar a conocer qué sucedió una manera normalizada y en la obra se relatan las movilizaciones que provocó el proceso, cómo fue el propio juicio o cuestiones como que las mujeres enjuiciadas no estaban en una prisión sino en unas caballerizas en Burgos.
Otro elemento que ha destacado Egaña de esta obra ha sido el de la investigación, que ocupa más de la mitad del libro. Se ha mostrado satisfecho de esta parte de la obra. 50 años después, sin embargo, todavía no se ha podido acceder al conjunto del sumario del proceso de Burgos, ya que sigue clasificado y no se abrirá hasta diciembre, cuando se cumpla ya medio siglo. Esta documentación se encuentra en el archivo militar de O Ferrol.
Egaña sí que ha tenido acceso a documentación anterior al mismo juicio, como la relativa a la muerte de Melitón Manzanas, que fue uno de los detonantes del proceso de Burgos, o del secuestro del cónsul alemán Eugène Beihl, que tuvo lugar durante las sesiones.
Junto a ello, ha mantenido conversaciones con los protagonistas, que han contado lo que vivieron, aunque con algunas restricciones y ha tenido acceso a información desclasificada. «Hay apuntes interesantes, que me han sorprendido incluso a mí», ha señalado.
El autor ha subrayado que la obra está escrito en una clave que está pensada para los no expertos, «para que la gente que no vivió aquella época la pueda conocer y quienes la conocieron la puedan rememorar y conocer nuevos datos».
La función pedagógica se complementa con la imagen –Juantxo Egaña ha sido el responsable de la parte gráfica–. Según ha destacado Anso, muchas de las fotografías son inéditas y no son un simple adorno al texto.
Junto a ello, también se ha recuperado el texto que Jean-Paul Sartre escribió sobre el proceso de Burgos y que ha sido traducido por Beatriz Morales. Se trata de un texto que logró que el foco de atención de Europa se fijara en la convulsa Euskal Herria de aquellos años.
Fácil lectura
El libro es de pequeño formato, de unas 200 páginas e incluye unas 90 fotografías. Egaña ha explicado que han buscado que sea de fácil lectura, para tomar la obra con tranquilidad, con capítulos que no son excesivamente largos pero que animan a abrir otros campos de lectura.
Egaña ha destacado el interés de un anexo relativo a la progresión política y social de algunos de los protagonistas del juicio. «Alguno se puede llevar una sorpresa», ha advertido.