«Estamos en guerra» proclamó Emmanuel Macron antes de la entrada en vigor, el pasado mes de marzo, de un confinamiento que obligó a los ciudadanos franceses a utilizar un salvoconducto para poder abandonar sus domicilios.
Con la segunda oleada del virus en ciernes, el presidente galo ha rescatado otro recurso con reminiscencias bélicas, el toque de queda, que regirá durante «cuatro a seis semanas» en una decena de metrópolis, las más afectadas por la imparable expansión de la covid-19.
En una entrevista, que han emitido conjuntamente desde las 19.55 TF1 y France 2, y que ha durado 45 minutos, Emmanuel Macron ha detallado una serie de medidas, tanto sanitarias, como socioeconómicas, destinadas a hacer frente a la segunda oleada de la covid-19 que, según ha confesado «está aquí y genera una situación grave ante la que debemos reaccionar».
Entre las medidas más esperadas, y la que dará sin duda más que hablar, figura la prohibición de abandonar, sin una justificación clara, el domicilio durante las horas nocturnas.
Ese toque de queda regirá en una decena de localidades galas que presentan cifras especialmente inquietantes en cuanto a la progresión de los contagios. Entre ellas figura la capital París, y además: Ile-de-France, Lille, Lyon, Grenoble, Montpellier, Aix-Marseille, Rouen, Saint-Etienne y Toulouse.
Esa restricción nocturna de circulación se aplicará en horario de nueve de la noche a seis de la mañana, según ha detallado el presidente galo. Sólo se podrá abandonar el domicilio por motivos de urgencia sanitaria y trabajo so pena de recibir una multa de 135 euros.
«Situación preocupante, no descontrolada»
«El virus se extiende con rapidez en el conjunto de Francia, la situación es preocupante, pero hemos aprendido de la primera ola y la epidemia no está descontrolada» ha asegurado Macron, que ha reiterado que la estrategia a seguir en las próximas semanas pasa por mejorar la prevención –«con ayuda de planes locales diseñados de la mano de los alcaldes», ha dicho– y de seguir aumentando la capacidad de testado, que ha cifrado en la actualidad en 1,5 millones de PCR semanales.
Sin embargo, cabe recordar que en las últimas semanas la capacidad de testado ha bajado en el Hexágono. El récord en cuanto al testado se alcanzó en la semana del 14 al 20 de setiembre, con 1.164.755 pruebas realizadas. La semana del 21 al 27 de setiembre se realizaron 946.566 pruebas PCR, y la siguiente semana esa cifra bajó de nuevo para situarse en los 864.933 test.
Macron se ha detenido en recordar esa cifra cercana a los 20.000 nuevos casos diarios y a la entrada de 200 pacientes diarios en los hospitales y ha apelado a actuar con responsabilidad, para «reducir la presión sobre el sistema sanitario, que nos preocupa profundamente», ha dicho.
Ha dirigido una petición explícita a respetar «la regla del seis», es decir a mantener contactos con un círculo reducido de personas y a extender el uso de la máscara también en los espacios privados.
De hecho, la medida de toque de queda aspira a evitar los contagios ligados a las actividades de ocio. Sin embargo, esa no es la principal esfera de contagio.
De acuerdo a los datos registrados entre el 9 de mayo y el 5 de octubre por MONIC, el servicio de información de Santé Publique France, en ese periodo la incidencia del virus se centró, por este orden, en empresas públicas o privadas –802 cluster o brotes, lo que representa y 25% del total–, en centros escolares y universidades –680 cluster y 21,2%–, y en hospitales y otros establecimienos sociosanitarios –362 cluster y 11,3%–.
Efectivamente, los denominados «eventos públicos o privados: encuentros temporales de personas» figuran en cuarta posición en ese informe que atribuye a ese tipo de relación social 331 cluster y un 10,3% de incidencia con respecto al total de brotes referidos en ese periodo de siete meses.
Viajar en vacaciones
Ante la cercanía de las vacaciones escolares, que coinciden con la celebración de Todos los Santos, Macron ha dicho que no se prohibirán los desplazamientos ni se establecerán aforos, incluso en apartamentos o residencias vacacionales, como se había venido barajando en los medios, pero ha apelado a respetar en todo momento las reglas sanitarias.
No habrá restricciones ni en desplazamientos entre regiones ni en cuanto a medios de transporte.
Finalmente, el presidente francés ha anunciado medidas de apoyo económico, mediante la extensión de mecanismos como el paro parcial (ERTE), para ayudar a paliar las consecuencias que tendrán las nuevas restricciones en sectores como la hostelería.
Estado de urgencia sanitaria
De manera previa a la intervención de Macrion el consejo de ministros ha aprobado el restablecimiento, también desde el sábado y en el conjunto del Hexágono, del estado de urgencia sanitaria.
Ese mecanismo dota de competencias extraordinarias a los prefectos, que pueden decidir medidas como el confinamiento de la población. Es decretado en primera instancia por el gobierno pero, de prorrogarse más allá de un mes, requiere la autorización del legislaivo.
Ese instrumento, con el que se afrontó el periodo más crítico de la crisis sanitaria, la pasada primavera, decayó el 10 de julio pero el Gobierno de Emmanuel Macron ha decidido recurrir de nuevo al mismo para encarar la segunda ola de la pandemia.