El 6 de junio de 2015 el FC Barcelona ganaba la quinta Champions League de su historia en Berlín, completando de esta manera el triplete por segunda vez en seis años. En aquella plantilla entrenada por Luis Enrique todavía estaban jugadores como Xavi Hernández, Dani Alves, Andrés Iniesta o Pedro Rodríguez, pero la verdadera diferencia la marcaba el letal tridente de delanteros formado por Neymar Jr., Luis Suárez y Leo Messi.
Por aquel entonces nada hacía presagiar que cinco años después el mismo club estaría en una situación económica precaria y encadenaría varias eliminaciones europeas con actuaciones vergonzosas; pero sobretodo, nadie imaginaba una situación tan insostenible para que Messi, emblema del club desde hace más de una década, pidiera la carta de libertad, aunque finalmente para evitar la judicialización del caso decidiera quedarse. Todo esto bajo el mandato de Josep Maria Bartomeu, ya expresidente, a quien en el entorno culé todos señalan como máximo culpable de los problemas económicos, deportivos y judiciales del club. Una situación que acabó provocando este martes la dimisión de Bartomeu tan solo unos meses antes de las elecciones, que debían celebrarse en el verano de 2021.
«Caso Neymar» y elecciones
Podríamos decir que el mandato de Bartomeu fue accidentado desde el principio, cuando cogió el mando del club tras la dimisión de su antecesor, Sandro Rosell, por irregularidades en el traspaso de Neymar en 2013. Rosell fue acusado de blanqueo de capitales y organización criminal, y estuvo encarcelado entre mayo de 2017 y febrero de 2019, aunque en abril de ese año fue absuelto de todos los cargos.
Antes de eso, en 2016, el club admitía la culpabilidad de dos delitos fiscales en el fichaje de Neymar exculpando de esta manera a Rosell y Bartomeu. En otras palabras, los servicios jurídicos del Barça aceptaban haber cometido una «infracción tributaria», según el abogado Cristóbal Martell, para librar al presidente y expresidente de pasar por el banquillo de los acusados.
«Barçagate» y acusaciones de corrupción
El programa 'Què t'hi jugues?' de la Cadena Ser desvelaba el pasado mes de febrero que el FC Barcelona estaba lanzando mensajes en redes sociales contra algunos de sus jugadores –como Piqué o el propio Messi– y otras figuras relacionadas con el equipo contrarias a la línea de Bartomeu –como Xavi Hernández, Carles Puyol o Pep Guardiola–, a través de la empresa I3Ventures, que se dedica a crear estados de opinión de las redes sociales.
A la vez, esas cuentas que desde el club calificaron como «no oficiales» también se dedicaban a proteger la imagen del presidente y la junta directiva del club, desacreditando a posibles rivales electorales como Víctor Font o Joan Laporta.
Menos de un mes después de que se publicara el escándalo del «Barçagate», seis directivos del club presentaron su dimisión de manera conjunta. En la carta de despedida, los seis directivos remarcaban su «desencanto por el desafortunado episodio de las redes sociales, conocido como ‘Barçagate’», del cual fueron conocedores «a través de la prensa».
En una entrevista para RAC1, Emili Rousaud, expresidente y uno de los directivos que dimitió, afirmó que en el club «se han producido una serie de irregularidades» que les impedía «mirar hacia otro lado». «Creo que alguien ha metido mano en la caja», anunciaba también Rousaud, sin dar más detalles.
Desastres europeos
En el aspecto deportivo, la gestión de Bartomeu ha sido una constante de cambios en los despachos y el banquillo (durante su mandato han sido entrenadores Gerardo 'Tata' Martino, Luis Enrique, Ernesto Valverde, Quique Setién y Ronald Koeman), además de dejar fichajes históricos por las cantidades gastadas. Ejemplo de ello son las contrataciones de Griezmann, Coutinho (120 millones de euros cada uno) y Dembélé (105 millones), sin que ninguno de ellos haya conseguido asentarse en el equipo.
Además, el Barça ha encadenado varias eliminaciones europeas muy dolorosas desde el título de 2015, entre las que destacan las remontadas de Roma (2018) y Liverpool (2019), y el 8-2 de este año ante el Bayern de Munich en Lisboa.
Ante esta situación de inestabilidad institucional y deportiva, socios blaugranas organizaron la plataforma 'Més que una moció', con la que pretendían sacar adelante una moción de censura contra la junta de Bartomeu. Finalmente, a pesar de la situación de crisis sanitaria y la falta de público en el Camp Nou, principal vía de recogida de firmas en otras mociones, 'Més que una moció' consiguió 20.687 apoyos para aprobar el voto de censura, una cifra muy superior a los 16.521 necesarios.
A pesar de la dilación de los plazos marcados en los estatutos, de intentar parar la moción denunciando las firmas que no pasaron el corte ante la Guardia Civil por supuesto fraude y de pedir a la Generalitat retrasar la moción debido a la alerta sanitaria, a Bartomeu no le ha quedado ninguna otra salida más que la dimisión, dejando al Barça en uno de los momentos más complicados de las últimas décadas.