Mientras el presidente del tribunal de Salé (Rabat-Marruecos) leía los cargos contra el preso político saharaui Mohamed Burial, este coreó lemas como «No hay más solución que la autodeterminación» y «El Estado del Sahara es la Solución». Poco después, Mohamed Burial saludó y agradeció a las asociaciones y organizaciones de derechos humanos, académicos y abogados que siguen el caso de los detenidos de Gdeim Izik por la solidaridad mostrada con su sufrimiento. Explicó que el éxodo en masa desde la ciudad del Aaiun ocupada hacia el campamento en el desierto de Gdeim Izik estaba destinada a lograr dignidad, justicia y una vida digna para los saharauis en su tierra, que es saqueada día a día por su riqueza.
Recordó que se mantuvo un diálogo inicial con las autoridades de Marruecos al más alto nivel, en presencia del ex ministro del interior marroquí Cherkaoui y el director de seguridad en ese momento Elias Amari. Tras ello, y después de animarles a negociar, terminaron por amenazar a los presentes. Lo que más les sorprendió fue el ataque marroquí al campamento de Gdeim Izik sin motivo alguno, Burial señala que el éxodo saharaui era principalmente por la marginación sistemática a la que se encuentra sometida la población por parte de la ocupación marroquí. Hizo hincapié en que el campamento estaba siendo un modelo de convivencia pacífica y estaba organizado de forma modélica por sus habitantes, y así se mantuvo durante todo el tiempo que permaneció, vivir en él era seguro.
Añadió el preso político Mohamed Burial que la fuerza ocupante durante su ofensiva no tuvo en cuenta ni la edad ni la presencia de, en especial, mujeres embarazadas y niños pequeños. Burial negó las acusaciones contra él, a la vez que señaló la culpabilidad de quienes dieron la orden de atacar el campamento, «esos son los verdaderos culpables y los que deberían estar hoy siendo juzgados». Mencionó que su arresto se produjo el día del ataque al campamento de Gdeim Izik, en su casa que está a pocos kilómetros del campamento. Un día antes, el día 7 de Noviembre del 2010, el gobernador le amenazó con que sería detenido y que Naama Asfari ya estaba detenido y él era el siguiente.
Burial indicó que durante su detención fue torturado de todas las formas imaginables y que las mismas duraron cinco días e incluso hubo amenazas de violación, las cuales prosiguieron una vez lo trasladaron a la jurisdicción militar. Mientras lo torturaban e interrogaban, le insistían en quiénes habían mandado montar el campamento, quiénes lo dirigían y qué vínculos tenían con «agentes extranjeros», qué responsabilidad tenían Naama Asfari, Ahmed Sbai, Abdalhi Lejfauni y Abdelyalil Larousi... Él negó una y otra vez dichos argumentos y señaló que el campamento surgió como respuesta a las malas condiciones sociales de los saharauis en los territorios ocupados por Marruecos. Burial pregunto al final, «¿cómo podía Naama Asfari dar órdenes, si estaba detenido?» El preso político Mohamed Burial se negó a responder a las preguntas planteadas por la defensa de las víctimas marroquíes, que intentaron con las mismas provocar. Burial mantuvo su negativa a responder a sus preguntas y en su último alegato señalo que la única solución es la no ocupación del Sahara Occidental por parte de Marruecos.