F. estuvo combatiendo en Rojava (Kurdistán sirio) en el 2014. Igual que sus camaradas decidió dejar las armas y coger el maletín. «Sería más útil así», explica este alemán internacionalista. La conversación se torna hacia el nuevo internacionalismo, alentado por Facebook como en su caso.
«Decidí hacer un curso de paramédico de 6 meses. No basta sólo con saber taponar una herida. Había que ir más allá. Luego ya con los conocimientos adquiridos les enseñe a mis camaradas. ¿Sabes una cosa? Antes has visto el libro que estoy leyendo ahora. Me siento como esos internacionalistas que dejaron atrás una vida prospera y decidieron volcarse por una causa. Mi casa está en Alemania pero mi causa está aquí. La diferencia es que ahora nos pueden tratar como a criminales a nuestra vuelta. Los nuestros saben perfectamente que es pura vocación, que luchamos por una causa, pero los gobiernos tratan de todas maneras de evitar que haya gente de su nacionalidad, portando un pasaporte de su país en otra guerra. Esta guerra es de todos. El Estado Islámico también atenta en Europa, pero hay que ganarles aquí primero. Si no les ganamos aquí se hacen fuertes. Esos internacionalistas de la guerra española son mis héroes, quiero ser como ellos. Me indigna ver a la gente en mi país dando la espalda a un problema tan serio como es el yihadismo, es comparable al nazismo. Antes decíamos que no lo sabían porque no había imágenes. Ahora tenemos internet y tenemos mucha información pero la gente sigue dando la espalda y acusándonos de buscar problemas en otros países. Lo que no quieren es tener problemas y por eso miran nuestros gobiernos y muchos de sus seguidores a otro lado. No hay excusas para no ayudar. Yo estoy aquí por todos ellos también».