Fede de los Rios
Fede de los Rios

Lo de España, fatal

No deja de ser sorprendente, por más que lo acontecido tenga lugar en la España de charanga, pandereta, cerrado y sacristía por la que Machado apostaba tuviera su mármol y su día, pobre Antonio si viviera, no hay mármol que la cubra ni final cercano a la vista; digo que no deja de sorprender al común de los mortales con telencéfalo desarrollado y pulgar oponible, lo que viene a ser un ser humano, que la inoperancia de un idiota moral con mando en plaza como la Comunitat Valenciana no produzca su inmediata dimisión y enjuiciamiento sino una mayor derechización de la Comisión Europea. Gracias al Partido Popular español y a su delirante intento de eludir su responsabilidad acusando al PSOE de la catástrofe en Valencia, un fascista italiano ocupará la Vicepresidencia de la Comisión. El aleteo de una mariposa en Sri-Lanka puede provocar un huracán en EEUU, la conocida metáfora del efecto mariposa en la Teoría del Caos. Así, el leve aleteo perturbado y sin sentido de un sinvergüenza a orillas del Turia, mediante un proceso de amplificación (mediático) en un sistema caótico, causa un efecto indeseable consideradamente grande a más de 1.500 kilómetros de distancia. Así es «la España inferior que ora y embiste, cuando se digna a usar la cabeza». No hay visos de mejora.

El novio de la orate de Madrí confiesa parte de sus delitos intentando evitar mayor condena y, en un ejercicio de falacias nunca visto, delincuente y novia son transformados en víctimas indefensas del que destapa lo ocurrido. El presidente de un Partido Popular condenado en firme por corrupción e inexplicablemente no disuelto, acusa al resto de corrupción y no pasa nada merced a sus togados y a la práctica totalidad del llamado cuarto poder.

Esta semana, gracias a un diputado, antiguo asistente de Esperanza Aguirre, nos enteramos de que la «etapa posterior a la guerra civil» no fue una etapa oscura, sino una etapa de progreso y de reconciliación para lograr la unidad nacional». Y pelillos a la mar.
 
Todo gracias a la modélica transición española.

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