Es un triunfo del movimiento feminista que la ciudadanía se rebele ante cualquier tipo de violencia machista y plantee a las instituciones políticas medidas de reparación. Esta indignación es tan palpable y aparece tan a menudo en los medios de comunicación que a veces pensamos que hay más violencia que nunca. Lo dudo. Lo que sí hay es más conciencia, mayor eco social y más denuncias, entre otras cosas, porque las mujeres/víctimas se sienten amparadas, cosa que no sucedía hace unas décadas. La frase «yo sí te creo» resume muy bien el cambio habido respecto a cómo ve la sociedad a la mujer que denuncia abuso o maltrato. Pero esta problemática, como tantas otras, tiene cierta complejidad que merece reflexión, por ejemplo: el derecho a la presunción de inocencia, el carácter altamente punitivista de algunos discursos o la creencia de que solo existe maltrato en las relaciones heterosexuales.
Parte de esta complejidad y, sobre todo, la falta de credibilidad que puede sufrir la mujer víctima de la violencia machista está magistralmente reflejada en la serie "Querer", rodada en Bilbao, dirigida por la gasteiztarra Alauda Ruiz de Azúa y protagonizada por Miren Gaztañaga. Reconozco que me ha impresionado la historia y el desarrollo de la relación de los personajes con la víctima, sobre todo, con sus hijos. Y es que el punto de partida es espeluznante y difícil de creer por su entorno: una mujer denuncia que ha sido maltratada, humillada y sistemáticamente violada durante sus treinta años de matrimonio. Lo sutil y perverso que puede ser el abuso que no deja moratones, pero degrada profundamente a la persona; la dualidad del maltratador, unas veces padre y abuelo cariñoso y, otras, matón a secas, y la evolución de la perspectiva de las personas que rodean a la víctima tiene un tratamiento excepcional. Porque el reconocimiento es fundamental para curar una herida, para que se haga justicia, más allá de las sentencias judiciales. Yo la exhibiría en los institutos.