Desde el alto donde se encuentra la iglesia y el Ayuntamiento de Donibane Garazi, partimos desde el mirador donde hay una mesa panorámica. La excursión se inicia perdiendo altura hacia la calle principal que cruza el pueblo, siguiendo las señales del sendero PR que, tras cruzar un antiguo puente medieval, nos llevará a un cruce, lugar donde hemos de continuar por la derecha entre campos hacia los caseríos del barrio Mitxodoi, situado en la falda de Arradoi. En este lugar hemos de continuar por un carretil situado a la izquierda que, tras faldear la montaña, sube hasta los últimos caseríos, donde entraremos en contacto con los viñedos.
Del asfalto pasaremos a la grava, ganando altura por una pista que describe varias revueltas. Dejaremos un desvío a la derecha (poste direccional) y alcanzaremos la loma cimera, en un lugar de esparcimiento, con mesas y bancos, a la sombra del robledal. Encontramos allí una llamativa «toilette» y una mesa panorámica. Desde este lugar se disfruta de un bonito paisaje: el valle de Garazi a los pies y las montañas del entorno, desde el picudo Behorlegi en el macizo de Arbaila y el abultado monte Okabe en Irati, a las cumbres de Kintoa, pasando por los suaves perfiles de las montañas de Ibañeta.
El itinerario continúa por un amplio camino que se perfila en la loma, al principio por terreno llano, entre un arbolado que se irá haciendo más denso conforme la pendiente se hace más empinada hasta alcanzar la cúspide cimera (660 m). Pequeña y rocosa, la cumbre se encuentra rodeada de hayas que impiden disfrutar del paisaje. Según la época del año, solamente podremos ver el estrecho corredor abierto por el río Errobi que se abre paso en busca de las tierras llanas de Lapurdi.
El regreso lo realizaremos por la misma ruta de subida hasta el desvío (poste direccional) para continuar bajando por la pista dejando el hayedo y más abajo los viñedos que colonizan la parte baja de la montaña. Diez minutos más tarde daremos con las primeras casas del barrio de Mendiondoa hasta situarnos en terreno llano, tapizado de prados y campos de labor, dejando al paso varios caseríos hasta un cruce de carretiles. Desde este lugar el itinerario gira a la derecha y, con la vista puesta en la torre de la iglesia de Izpuru, las señales nos situarán en la colina desde la que hemos partido.