Mathieu Rabechault (AFP)

En busca del «vuelo perfecto»

¿Cómo realizar el vuelo menos contaminante y más directo posible? El sector de la aviación busca reducir su huella medioambiental, por ejemplo optimizando las rutas, sin tener que esperar a que se generalicen los combustibles sostenibles o los aviones de hidrógeno.

Un Airbus A321, presentado en Tolosa (Occitania) este martes. (Lionel BONAVENTURE/AFP)
Un Airbus A321, presentado en Tolosa (Occitania) este martes. (Lionel BONAVENTURE/AFP)

El sector de la aviación, responsable de entre el 2 y 3% de las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global, se encuentra bajo presión para que reduzca su huella de carbono. En consecuencia, se ha comprometido a reducir a la mitad estas emisiones de CO2 para 2050, respecto a 2005.

Los principales recursos para lograrlo son el desarrollo de motores menos consumidores, utilizar nuevos materiales más livianos, y combustibles más sustentables que puedan reducir drásticamente estas emisiones –pero cuyo costo continúa siendo prohibitivo por ahora y durante un tiempo más. A largo plazo, el motor a combustión de hidrógeno sólo liberaría vapor de agua.

Pero es posible «actuar desde ya optimizando las operaciones cotidianas de los vuelos», explica Laurent Lafontan, piloto de Air France, en ocasión de la cumbre de Airbus, conferencia organizada en Tolosa, Occitania, por el fabricante europeo de aviones.

En esta oportunidad, la aerolínea, el fabricante europeo de aeronaves y la Dirección de Servicios de Navegación Aérea (DSNA), realizaron un vuelo inaugural entre París y Tolosa utilizando un proyecto cuyo objetivo es demostrar «la viabilidad a corto plazo de vuelos más eficaces a nivel energético, merced a la combinación de varias innovaciones técnicas y operativas», de acuerdo al fabricante.

Un A320 equipado con sharklets –aletas verticales ubicadas en los extremos de las alas– voló siguiendo la trayectoria más directa posible, realizando un ascenso y descenso continuos (llegando a las alturas máximas posibles), evitando esperas al acercarse a los aeropuertos y por lo tanto ahorro de combustible y reducción de emisiones. En tierra, el traslado hasta la pista de despegue se realizó con un solo motor en marcha.

La apuesta del «cielo único»

«Si logramos hacerlo bien, reduciríamos el consumo de queroseno entre un 6 y un 10%», señaló Florian Guillermet, director de la DSNA.

El proyecto, bautizado 'Albatros', agrupa a los principales actores de la aviación europea y prevé 1.000 vuelos de este tipo en el continente con el objetivo de determinar cuáles son las mejores prácticas.

Solamente para aproximarse al aeropuerto parisino de Roissy-Charles De Gaulle, «Air France podría ahorrar hasta 10.000 toneladas de queroseno y unas 3.400 horas de vuelo» por año, destaca entusiasmado Lafontan.

La aerolínea sudamericana Latam, por su parte, equipará a más de 200 aparatos de su flota de A320 con un software para la «optimización del perfil de descenso», lo que le permitirá ahorrar 100 toneladas de combustible en cada avión por año, anunció Airbus.
Para el ahorro adicional de combustible, todo viene bien. Como el uso del taxibot, un tractor al que se acopla el avión para llevarlo hata la pista de despegue, argumenta Nicolas Girard, director de proyectos de Smart Airport Systems (SAS).

El City Airbus, prototipo de taxi volador eléctrico presentado en Tolosa (Occitania). (Lionel BONAVENTURE/AFP)

Este tractor, teleguiado desde el propio cockpit del avión, «consume apenas 10 litros de diésel para trasladar al avión hasta la cabecera de la pista, en tanto la aeronave consume 200 kg de queroseno para ello», explica.

La apuesta mayor reside en la gestión del control del tráfico aéreo para lograr mayor fluidez en las trayectorias de los aviones: un cambio de altura por parte de un piloto para buscar mejores condiciones meteorológicas y así optimizar su consumo tendría repercusiones no precisamente beneficiosas para los otros aviones que se encuentran en las inmediaciones sin una adecuada coordinación del vuelo con el control del tráfico aéreo.

Para subsanarlo, el sector prevé un intercambio mayor de información en tiempo real y automatizado entre las aeronaves y el sistema de control de tráfico aéreo. Queda todavía un escollo: la «fragmentación» del cielo europeo donde aún existen fronteras entre Estados. En 2004, la Unión Europea (UE) desarrolló su programa de un «cielo único» con la finalidad de unificar el control del tráfico aéreo.

«Es triste constatar que no se han hecho avances en este ámbito», se lamenta el director de la empresa británica easyJet, Johan Lundgren. En su opinión, es absolutamente imperativo «brindar mucho mayor poder a Eurocontrol», organismo europeo de control del tráfico aéreo.