Alessandro Ruta
Bilbo
Elkarrizketa
Ambrogio Maestri
Barítono

«‘Cavalleria Rusticana’ y ‘Pagliacci’ son las obras más italianas que existen»

El cantante lírico Ambrogio Maestri, protagonista de las óperas ‘Cavalleria rusticana’ y ‘Pagliacci’ que programa estos días la ABAO, nos cuenta cómo llegó a los escenarios y cuáles sus pasiones fuera de ellos.

El tenor Antonio Maestri. (ABAO)
El tenor Antonio Maestri. (ABAO)

Hasta el próximo lunes 29 de noviembre ‘Cavalleria rusticana’ y ‘Pagliacci’ protagonizan el programa de la ABAO. Las obras líricas del livornés Pietro Mascagni y del napolitano Ruggiero Leoncavallo (cuyo apellido es tambièn el nombre de un famoso centro social en Milàn) son maximas representaciones del Verismo, estilo muy de moda en Italia a finales del siglo XIX.

Ambas historias están inspiradas en episodios de la vida real, algunos bastante violentos, con personajes muy llamativos. Dos de ellos, Alfio en ‘Cavalleria rusticana’ y Tonio en ‘Pagliacci’, contarán con el mismo intérprete en Bilbo, el barítono italiano Ambrogio Maestri. Nacido en 1970 en Pavia, es un hombre muy peculiar en el panorama operístico mundial, donde es uno de los nombres más destacados y cuyos exitos han calado en países como Estados Unidos, París o Japón.

Maestro Ambrogio, otra vez en Bilbo.

Sí, he perdido la cuenta, creo que esta es la sexta exhibición que hago aquí. La primera fue hace 20 años, interpreté ‘La battaglia di Legnano’ de Giuseppe Verdi. Nadie conoce esta obra maestra.

¿Cómo es la vida para ustedes, cantantes líricos, en este periodo pandémico?

Viajamos mucho y en cada país se establecen medidas distintas. Pronto tendré que ir a Alemania, por ejemplo, y voy mirando minuto a minuto si cambia algo, si cierran o no cierran, a pesar de estar vacunado. Resulta bastante estresante.

Regresa a Bilbo con obras que ya conoce. Tanto Alfio como Tonio son dos personajes que usted ya ha interpretado.

Sí, y siempre los he querido mucho.

¿Qué es lo que más le gusta de ‘Cavalleria rusticana’?

El intermezzo es algo extraordinario, cuando lo tocan yo no estoy en la escena, sino detrás, pero cada vez que lo escucho me conmueve. Mascagni es un genio, el último verista que murió en 1945, es decir, muy tarde con respecto a los demás.

¿Y de la obra de Leoncavallo?

Los personajes, prácticamente todos son callejeros y muy reales. Los payasos, que yo también veía cuando era pequeño, en los alrededores de mi ciudad, Pavia. Me acuerdo algunos inviernos, con una niebla impresionante, un frío intenso y que, a pesar de ello, el jefe de los circenses antes de ir a escena se duchaba, en la calle, con agua helada. No sé cómo cogía ningún resfriado.

¿Por qué ‘Cavalleria rusticana’ y ‘Pagliacci’ siguen siendo siempre un éxito?

Son óperas muy italianas, repletas de sentimientos contradictorios, de gestos exasperados, las lágrimas, la rabia, todo muy italiano. Y eso le da un toque especial. 

Usted es un hombre de gran tamaño, con 1,93 metros de altura: tengo entendido que le gusta mucho cocinar, y también comer.

Por supuesto, todavía existe el restaurante de mis padres, en Pavia, se llama la Osteria del Naviglio. Antes estaba en las afueras, en Albuzzano, donde teníamos también una carnicería. Fue allí donde empecé a trabajar como camarero y a veces cantando en el pianoforte. Mi padre tenía una voz poderosa como la mía, pero el verdadero fan de la lírica era mi tío. Ambos me transmitieron esa pasión y tuve la suerte de estudiar y mejorar en la música.

¿Cuáles son sus platos fuertes?

Me gusta utilizar los ingredientes reciclados, por ejemplo, los restos del frigorífico. La última vez fue hacerme una buena pasta con sofrito de cebolla y el último trozo de un salchichòn, una verdadera maravilla. Pero, siendo de Pavia, el risotto, posiblemente sin meter mucha mantequilla y un poco al dente, aunque mi mujer no esté tan de acuerdo.