Fortín de San Bartolomé, Centro de interpretación de las fortificaciones
Quien se acerque al Centro de interpretación de las fortificaciones conocerá la influencia de las murallas en el modo de vida de Iruñea, comprenderá la finalidad y utilidad de los baluartes y curioseará de forma interactiva en siglos de estrategia defensiva y acontecimientos de la ciudad.
Quien quiera conocer las murallas y los elementos que las integran y, al mismo tiempo, entender la evolución de Iruñea a lo largo de los siglos podrá hallar respuestas a todas sus cuestiones y dudas en el Centro de Interpretación de las Fortificaciones, ubicado en el Fortín de San Bartolomé de Iruñea, al final del parque de la Media Luna. Y, además, recibirá información de forma ágil, didáctica e interactiva.
El centro, inaugurado en el año 2010 tras un proceso de limpieza y restauración del fortín, dispone de 220 metros cuadrados divididos en varias salas distribuidas en las casernas o bóvedas a prueba de bomba donde originariamente se ubicaban los almacenes de pólvora y víveres.
Concretamente en la sala 1, ‘La Evolución’, el visitante conocerá, a través de diversos paneles y un vídeo, la evolución de las murallas desde el siglo XII hasta la actualidad y se percatará del protagonismo que han tenido en el proceso histórico de la ciudad.
‘Estrategias defensivas’
‘Estrategias defensivas’ es el tema que aborda la segunda sala, donde se confirma que el desarrollo defensivo de las fortificaciones era una respuesta a la necesidad de protegerse de un armamento cuyo alcance y poder destructivo crecía imparable. En esta sala se explican, de una forma más técnica, los elementos defensivos y las partes y funciones del conjunto amurallado: conceptos y factores que ingenieros y tratadistas tuvieron en cuenta para diseñarlo.
La tercera de las salas está dedicada al lado humano. En ella el visitante descubrirá cómo la importancia militar y estratégica de la ciudad, su carácter de plaza fuerte, influyeron de modo significativo en sus habitantes, en sus oficios, costumbres y en sus modos de vida. En esta ocasión, serán cinco personajes de diferentes épocas quienes representen, con sus testimonios, el cambio de la forma de vida en la ciudad: un poeta, un artillero, una portalera, un alcalde y una mujer del siglo XXI.
Después, en la cuarta sala, bajo el título ‘Otras plazas fuertes’ se hace un repaso de otras fortificaciones de Nafarroa y del mundo.
Pero la visita no termina ahí; continúa en el exterior con un tótem interactivo que propone al paseante un juego de preguntas sobre las explicaciones recibidas en el interior. A lo largo de los 5 kilómetros de las murallas, nuevos tótems y mesas de metacrilato acompañan al visitante para seguir interpretando este conjunto monumental.
El fortín o media luna que alberga el centro de interpretación es el que ha dado nombre a los jardines y forma parte de un ambicioso proyecto elaborado en 1726 por el ingeniero Verboom ejecutado únicamente en parte a lo largo del s. XVIII. En él, se reforzaban los frentes más expuestos de la ciudad con fuertes avanzados como el de San Bartolomé, que fue, además, la última obra importante realizada en las defensas de la ciudad.
Eso sí, conviene informarse de las actividades programadas en el cenro antes de acercarse a visitarlo, ya que cada cual puede hacer coincidir la fecha con sus gustos y aficiones. Probablemente, disfrutará mucho más.