Recientemente se ha publicado el Informe Mundial de Nutrición 2021, que proporciona una actualización concisa, centrada en datos sobre el estado de las dietas entendidas como patrones de alimentación y la nutrición en todo el mundo. Este análisis es independiente y fundamental para tomar medidas basadas en pruebas, oportunas y eficaces para garantizar que todos cumplimos con nuestro compromiso de poner fin a las dietas deficientes y la malnutrición. La presencia de países donde los patrones de alimentación son deficientes y la desnutrición resultante es todavía, demasiado elevada a nivel mundial.

La calidad dietética y la falta de la misma afecta tanto la salud humana como la del planeta, con una cuarta parte de todas las muertes de adultos atribuibles a dietas deficientes, y la elevada demanda actual de alimentos que es responsable de más de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero. Este informe tiene también como objetivo estimar el impacto ambiental y de salud asociado a nuestras dietas. Asimismo, establece el progreso hacia los objetivos globales de nutrición y evalúa el panorama financiero de la nutrición en todo el globo.

El mundo ha hecho algunos progresos hacia el logro de los objetivos mundiales de nutrición, sin embargo, este progreso es demasiado lento y la malnutrición persiste en niveles elevados. Tanto es así, que por ejemplo, pocos son los países que están en camino de cumplir cualquiera de los objetivos de nutrición de la madre, el lactante y el niño pequeño. Los últimos datos disponibles muestran que solo un país está en camino de reducir la prevalencia de anemia entre las mujeres en edad reproductiva, con una de cada tres (29,9%) mujeres de 15 a 49 años afectadas, particularmente aquellas que están embarazadas; a nivel mundial, se estima que el 14,6 % de los lactantes tienen bajo peso al nacer; el 22 % de los niños menores de 5 años todavía se ven afectados por el retraso en el crecimiento y el 6,7 % por emaciación; también a nivel global, 105 países están en camino de prevenir un aumento en la prevalencia de sobrepeso entre los niños menores de 5 años, que actualmente afecta al 5,7% de los niños.

Respecto a las enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación, ningún país está en camino de detener el aumento de la obesidad, con un 15,1 % de mujeres adultas (de 18 años o más) y un 11,1 % de hombres adultos viviendo con obesidad en todo el mundo. Además, se estima que la diabetes afecta al 8,9 % de las mujeres adultas y al 10,5 % de los hombres adultos, y muy pocos países están en vías de evitar que estas cifras aumenten.

Datos que recoge el informe sobre el Estado español:

1. No se ha avanzado en el logro de la meta de reducción de la anemia entre las mujeres en edad reproductiva, con un 13,4% de mujeres de 15 a 49 años actualmente afectadas.

2. Tampoco ha habido progreso hacia el logro de la meta de bajo peso al nacer, con un 8,3% de los niños con bajo peso al nacer.

3. No hay datos suficientes para evaluar el progreso que ha hecho el Estado hacia el logro del objetivo de lactancia materna exclusiva, ni hay datos de prevalencia adecuados. Del mismo modo, no hay suficientes datos de prevalencia para evaluar el progreso en relación a la meta de reducir el retraso en el crecimiento, como tampoco se disponen de datos para el o objetivo de emaciación.

4. Los datos de prevalencia presentados para mostrar la proporción de niños menores de 5 años con sobrepeso son inadecuados y, además, los datos son insuficientes para evaluar si estamos en camino de evitar que la cifra aumente. También ha mostrado un progreso limitado hacia el logro de los objetivos relacionados con las enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta.

5. No se ha avanzado nada con la obesidad, con una estimación de 24,6% de mujeres adultas (de 18 años o más) y 27,2% de hombres adultos viviendo con obesidad.

6. Si parece que, estamos progresando ‘algo’ para alcanzar la meta de diabetes, pero solo si se observa a las mujeres adultas (5,7 % afectadas), y no a los hombres adultos (9,1 % afectados).

Y ¿por qué pasa esto? Por resumirlo mucho, porque nos estamos saltando la prevención, uno de los pasos más importantes para reducir el riesgo y la gravedad de gran cantidad de enfermedades y porque seguimos contando con una sanidad desnutrida y ahora, muy muy debilitada.