Sergio Iglesias
Bilbo
Elkarrizketa
Esteban Girón
Componente de Toundra

«Nuestra propuesta artística está muy ligada a nuestra personalidad»

La banda de rock instrumental Toundra regresa a Euskal Herria para presentar su nuevo trabajo, ‘Hex’, un disco en el que muestran su lado más combativo, con rabiosas composiciones como la trilogía de ‘El odio’. Actúan este jueves en Dabadaba, viernes en Helldorado y sábado en Kafe Antzokia.

Toundra ofrece tres conciertos esta semana en Euskal Herria.
Toundra ofrece tres conciertos esta semana en Euskal Herria. (Daniel CRUZ)

La última vez que estuvieron por aquí, en Bilbo estuvieron haciendo la presentación de ‘El gabinete del Dr. Caligari’, y en Gasteiz un concierto ‘normal’. ¿Cómo se gestiona esa ‘bipolaridad’ con dos repertorios tan diferentes?

Sí, justo habíamos sacado un single nuevo y se nos juntó una cosa con otra. Todo el mundo nos decía que tenía que ser muy complicado lo de la película, ir al compás con las imágenes…pero, al final, te va llevando y sale solo… lo complicado es ir a Dabadaba, a Helldorado o al Antzoki, llamar la atención a la peña y meterles en tu universo, con una propuesta que, prácticamente, no tiene nada de audiovisual, en un mundo en el que el entretenimiento está totalmente dirigido, y donde apenas hay espacio para la interpretación y la imaginación… y no lo digo como una crítica soberbia, ¿eh? Porque yo soy el primero que, cuando acaba el día, me pongo una copa de vino, Netflix y no quiero saber nada de nadie.

También es necesario ese ocio ‘porque sí’, ¿verdad?

Claro. El hedonismo, o salir y no pensar en nada es necesario, ahí estás con la guardia baja y es cuando de verdad viene la inspiración. Eso de ‘que la inspiración me pille trabajando’… pues no, te tiene que pillar en un proceso activo en torno a la captación de impulsos e inputs que te lleven a procesarlos y generar y crear a partir de ellos. En mi caso, cuando escucho un disco, lo hago de una manera analítica para ver qué puedo exprimir de ello para llevarlo a mi terreno, igual que me pasa con los libros, las películas, las charlas con amigos, o escuchando discos con gente, que es algo que se está perdiendo.

¿Y resulta más difícil trasladar todo eso a una música instrumental, en la que no hay una letra que apoye el mensaje?

Nosotros tenemos una gran libertad estilística, en cuanto a que podemos coger un montón de cosas y al final, son siete notas con dos alteraciones, varios compases que puedes resumir en dos, o subdividir de una manera o de otra. Ahí puedes coger influencias desde Pink Floyd hasta Sex Pistols, o Bach. Entonces, lo que tenemos es esa libertad, teniendo en cuenta que no somos grandes revolucionarios, ni grandes instrumentistas, sino que, en el fondo, somos cuatro payasos que lo único que queremos es subirnos a un escenario y pasar el fin de semana juntos en una furgoneta.

De todas formas, a mí me parece muy bien que, aparte de que haya alternativas diferentes, como las que nosotros proponemos, también haya música menos sesuda, porque muchas veces, hay una cierta prepotencia moral contra lo que sale del pop, cuando hacer una canción pop es lo más difícil que hay.

Nosotros siempre hemos buscado un equilibrio, y es el camino más difícil, porque lo fácil es hacer lo que te va diciendo cualquier tipo de religión, ya sean dioses o partidos políticos; lo complicado, hoy en día, es hacer tu propia secta y que te hagan caso… y sé de lo que te hablo, porque te respondo esta entrevista desde la oficina y con las dos pantallas del ordenador encendidas.

¿Cambió la experiencia con El Niño de Elche en Exquirla el concepto que tenían de la creación en la música?

No cambió, pero fue una influencia importante como cada disco que hacemos. Teníamos una serie de ideas grabadas en las que el Niño de Elche se metió con su voz y multiplicó todo exponencialmente. Después de diez años haciendo música instrumental, meternos en el local con un cantante fue liberador, porque podíamos hacer algo diferente, y funcionó, a pesar de las dudas que había. La música es un lenguaje y hay que saber utilizarlo, y mucha gente decía ‘¿cómo han mezclado post rock con flamenco, que no tienen nada que ver?’. ¡Joder! Si las dos cosas se basan básicamente en la intensidad… son lenguajes musicales que, tal y como se demostró, no están tan distantes.

¿Qué cree que tiene la banda para que, aun con esas limitaciones, hayan tocado en festivales de todo tipo?

Hemos engañado a mucha gente (risas). La gente ya no está para estilos ni etiquetas, escuchan música y punto. Hoy en día, un fan de AC/DC puede valorar perfectamente lo que hace Nathy Peluso, y se ha roto ese sentimiento de identificación con un género, también porque el rock antes tenía un componente de rebeldía que fue absorbido por el sistema… y no lo digo como algo malo, porque ha acabado integrado en la cultura popular. Pero, yo creo que nosotros llegamos a la gente porque escuchamos un montón de música, y porque solo somos cuatro oficinistas con vaqueros y camisetas que tocamos instrumentos.

Todo lo que defienden los puristas se va diluyendo con el paso del tiempo, y eso puede tener sus cosas positivas, como que podamos tocar delante de una marea de camisetas negras, hacer un disco con un cantaor flamenco, o hacer una banda sonora. Hoy en día, podemos hacer lo que nos dé la gana, eso es por lo que luchamos, y por lo que seguimos siendo unos currelas que se pueden coger sus días libres para tocar por ahí. Y es que, tanto lo de Exquirla como lo de “El gabinete…” lo hicimos en un momento en que necesitábamos salir de casa, dejar las ventanas abiertas para que se airease y volver con más ganas a disfrutar de lo que habíamos construido durante tantos años.

El repertorio actual se basa en su último disco, ‘Hex’. ¿Tuvo la pandemia algo que ver en la creación de este trabajo?

A mí la pandemia me vino muy bien para descansar, me enamoré, y volví a Asturias; pero es verdad que, por otro lado, fue un palo. Cuando vimos que se alargaba, empezamos a componer y salió un disco, quizá más sesudo, y en el que había mucha rabia, porque teníamos ganas de pisar el pedal de distorsión, tras el anterior. Tiene que ver con la pandemia porque es imposible escapar de ello, pero está más influido por ‘El gabinete del Dr. Caligari’ y el mensaje de Robert Wiene.

¿En qué sentido?

La película es de 1920, y tuvo una gran influencia social en el período de entreguerras. Habla del auge de ciertas ideologías en momentos de crisis, que es el caldo de cultivo de este tipo de ideas, porque es cuando la gente está buscando respuestas; muestra el auge de Hitler y el resurgimiento de esas ideas y el blanqueamiento de ciertos mensajes por parte de la sociedad. Cien años después, en 2020, vimos que pasaba lo mismo en España con VOX, hay muchos elementos en común y hay que levantarse en contra de eso, porque son mensajes que atentan directamente contra la carta de Derechos humanos. Nos veíamos en la responsabilidad de arrojar luz sobre algo que nos parece injusto, porque es lo que nos dicta nuestra personalidad. Si no lo hiciéramos, no estaríamos cómodos ni como artistas ni como personas, porque nuestra propuesta artística está ligada a cómo somos como personas. Hay otras propuestas que quizá no tienen esa necesidad y está muy bien, pero esta es mi mierda y mi movida… llevo toda mi vida escuchando Reincidentes y bandas así, y eso marca. Por ejemplo, ‘No somos nada’, que cantaba Evaristo, está super vigente hoy en día que nos quieren catalogar por todo. O eres un filoetarra, o un socialcomunista, o quieres atentar contra el Estado… cuando los mayores terroristas son quienes han destrozado el estado del bienestar por el que tanto trabajó gente de diversa índole durante décadas. No podemos permitir que nos ataque esta gente cuando no están preparados ni para gestionar, ni para cuestionar lo que se ha hecho durante tantos años.

Para terminar, ¿por qué cree que la banda tiene esta gran acogida cada vez que viene por Euskal Herria?

Porque sabéis lo que es bueno (risas). En toda zona limítrofe surgen mayores capacidades, como la absorción cultural de diversas zonas. Con el paso de los siglos, de ello surgen una serie de sensibilidades y sinergias importantes. Esto pasa en Euskal Herria y en Catalunya, donde siempre nos habéis acogido de una manera espectacular, y por eso lo queremos devolver, y hay una relación muy buena entre banda y público vasco, que queremos seguir manteniendo… aparte de que sois un bastión muy importante en cuanto al rock se refiere y os gusta la distorsión más que otra cosa. Además, con el tiempo vas haciendo amistades por aquí y, al final, les engañas a todos para que compren la entrada (risas).